Los Himnos délficos a Apolo son dos composiciones musicales de la antigua Grecia que se conservan en fragmentos.
El filólogo Henri Weil reconstruyó el texto griego y el arqueólogo Théodore Reinach hizo la transcripción musical a notación moderna.
[1] Por mucho tiempo se creyó que el Primer Himno fue escrito por un ateniense, pues el encabezado en la inscripción es difícil de leer, pero una revisión cuidadosa ha revelado que no se trata del toponímico Αθηναίος (Athenaíos, “ateniense”) sino de un nombre: Ἀθήναιος Ἀθηναίου (Athénaios Athenaíou, “Ateneo hijo de Ateneo”) quien trabajó principalmente en la década a partir del año 138 a. C.[4][5] El Segundo Himno ha sido datado con precisión en el año 128 a. C. en el que fue representado.
[12] Consta de diez secciones en total, las primeras nueve, en metros créticos, constituyen el peán; el décimo, en versos eólicos, es la prosodia.
Sus tonalidades[11] son: Estos himnos han sido exhaustivamente examinados por los musicólogos y ha habido muchos esfuerzos para interpretarlos con réplicas de instrumentos musicales antiguos.