Este fragmento de papiro fue descubierto en 1918 y fue publicado por primera vez en 1922.
[2] El texto, en griego, invoca poéticamente al silencio para que la Santísima Trinidad pueda ser alabada.
[3] Es enteramente diatónica, con un ámbito exacto de una octava de fa a fa una octava más alta, y una final nominalmente en sol (suponiendo una tonalidad sin sostenidos ni bemoles).
[5] A menudo se considera el único fragmento de música cristiana de la Antigua Grecia, aunque Kenneth Levy[6] ha argumentado persuasivamente que la melodía del Sanctus mejor conservada en el medievo occidental, Misa de Réquiem, data del siglo IV [3] y es similar a la del himno en su textura en gran medida silábica y en la melodía diatónica, con ligeras diferencias.
Existen varias grabaciones modernas del himno que se han incluido en una serie de lanzamientos discográficos especializados en música griega antigua.