Heteropatriarcado

[1]​[3]​[6]​ El heteropatriarcado es un sistema de dominancia social en el que los hombres heterosexuales están privilegiados y se les recompensa de manera rutinaria por presentar rasgos masculinos, entre los que se incluye el deseo hacia las mujeres.

De manera inversa, las mujeres, las personas que exhiben rasgos considerados femeninos o aquellas que transgreden las características socialmente vinculados a su sexo reciben una desventaja social jerárquicamente inferior a la posición masculina.

Este modelo familiar se refuerza a través de distintas instituciones sociales como la religión, la educación o el ámbito laboral.

[11]​ Desde la antigüedad, el heteropatriarcado ha dado forma a cómo las sociedades de todo el mundo han visto la masculinidad y la feminidad.

En toda la China antigua, se muestra con el ejemplo de que los emperadores son hombres con poder dominante.

Las mujeres eran vistas como obedientes esposas de la casa cuyo principal propósito era servir a los hombres.

Mientras que las mujeres por otro lado son percibidas como de clase baja y débil.

La cultura hostil de la masculinidad rechaza todo lo que es remotamente femenino e idolatra falsamente la idea del hombre perfecto y la mujer perfecta en las nociones estereotipadas del hombre o la esposa de la casa.

[23]​ En el contexto del heteropatriarcado, se entiende comúnmente que los hombres generalmente ocupan los puestos más altos de poder en la sociedad, causando que las mujeres y las personas no binarias experimenten la mayor parte de la opresión social.

[25]​ En general, heteropatriarcado ha ido establecido estándares sociales para hombres y mujeres, así como las minorías sexuales en términos de la forma en que se perciben en la sociedad, creando una cultura en la que los hombres heterosexuales son vistos como los ciudadanos más valiosos dentro de la sociedad.