Enfurecido, Aretas atacó a Herodes y solamente la intervención del gobernador romano de Siria, Lucio Vitelio, evitó su derrota completa.
Fortificó Séforis, haciendo de ella su capital, hizo alzar la fortaleza de Bet-haram en Perea y más tarde la ciudad de Tiberíades, bautizada así en honor del emperador Tiberio, a orillas del lago Genesaret, a donde trasladó su capital y la ciudad dio su nombre al lago y fue durante mucho tiempo un gran centro cultural judío.
En respuesta, Agripa escribió al emperador Calígula, acusando a Herodes de haber concertado una alianza secreta con los partos contra Roma.
Cuando Cayo César (Calígula) nombró a Agripa I rey de la tetrarquía de Filipo, Herodías, la esposa de Antipas, se lo reprochó a su esposo, diciéndole que si no recibía rango real se debía tan solo a su indolencia.
Razonó que como ya era un tetrarca, mientras que Agripa no había tenido ningún puesto en absoluto, debería ir a Roma y solicitarle a César la dignidad real.