Jesús en la corte de Herodes

[2]​ Herodes Antipas siempre había querido conocer a Jesús, ya que esperaba poder presenciar uno de sus milagros.

[3]​ Ese día, Herodes y Pilato, que antes habían sido enemigos, gracias a Jesús, se hacen amigos.

(Lucas 23: 14-15)[6]​ Sin embargo, después de mandarlo a flajelar, Pilato lavándose las manos, le condenó.

En la narración que sigue a este episodio, otras personas además de Pilato y Herodes tampoco encuentran fallas en Jesús.

Calvino afirmó que Jesús podría haber defendido su inocencia, pero prefirió callar y someterse voluntariamente a su crucifixión en obediencia a la voluntad del Padre ya que ya conocía su papel de "Cordero de Dios".

Pilato ve la fragilidad de la acusación e intenta condescender y aprovecha la primera ocasión que para evitar sus obligaciones.

La grandeza del Jesús se descubre en su porte y postura: frente a tales despropósitos, callaba.

Jesús en la corte de Herodes, por Duccio, c. 1310.