La versión King James dice que Mateo estaba "sentado en el recibo de la costumbre".
En los evangelios de Marcos y Lucas, la persona llamada se llama Levi, que era hijo de Alfeo según Marcos si bien Lucas no menciona al tal Alfeo.
En esta caso llama a un publicano —oficio tenido por pecaminoso, ya que el trabajo consistía en recaudar impuestos de los judíos para dárselos a los romanos—; Marcos y Lucas lo llaman Leví y que la Tradición lo identifica con el autor del primer evangelio.
Nadie debe desanimarse al verse lleno de miserias: reconocerse pecador es la única actitud justa ante Dios.
[12] Jesús llama a todos, la misión de redención que predica es universal.
Jesús reprocha a aquellos escribas su actitud soberbia y orgullosa: se consideraban justos y su complacencia en esa supuesta santidad les alejaba de la llamada a la conversión pues pensaban que se salvarían por sí mismos.
No miréis nuestra ceguedad, mi Dios, sino a la mucha sangre que derramó vuestro Hijo por nosotros» [13][14] San Beda comenta: «Lo vio más con la mirada interna de su amor que con los ojos corporales.