Helenización

Particularmente importante fue la helenización de los macedonios,[4]​ por cuanto serán éstos los que, con Filipo II de Macedonia,[5]​ unifiquen el espacio político griego y, con Alejandro Magno, dirijan la extensión imperial.

[6]​ Durante el periodo helenístico que siguió a la muerte de Alejandro Magno, un considerable número de pueblos del antiguo Oriente Próximo se helenizaron (asirios, judíos, egipcios, partos, persas, armenios, etc.).

Por ejemplo, las áreas meridionales de Siria que fueron afectadas por la cultura griega se limitaban a los centros urbanos seleúcidas, únicos puntos de la región donde se hablaba griego; mientras que las zonas no urbanas permanecieron ajenas a transformaciones culturales o lingüísticas, manteniendo sus habitantes el siríaco y sus tradiciones nativas.

La helenización se extendió, con la romanización, a la parte occidental del Imperio romano, que en algunas zonas (especialmente las costas del Mediterráneo Occidental) ya habían recibido el influjo de la colonización griega.

[2]​ La república helénica procuró políticas conducentes a la "armonización cultural y educación de las minorías lingüísticas residentes dentro del estado griego moderno".

Imperio de Alejandro hacia el 323 a. C.