Los ingredientes principales son el hígado (normalmente de cerdo, cordero o ternera) y la cebolla (generalmente caramelizada).
El hígado encebollado ha sido un plato favorecido a las cocinas británica y alemana, así como en muchos países de Europa Central,[1] donde se acompaña con patata cocida o puré de patatas.
[2] Era un plato muy popular también en la cocina casera catalana en el siglo XX, donde se añadía ajo frito a la mezcla.
En la receta tradicional francesa el hígado se fríe con mantequilla y tocino.
[5][6] Se suele acompañar, además del arroz blanco, de yuca o papa cocida.