Para complicar el análisis histórico del conflicto, Pirro también se involucró en los conflictos políticos internos de Sicilia, así como en la lucha que mantenía esta isla contra el dominio cartaginés.En Italia, sus intervenciones parecen haber sido muy ineficientes, aunque tuvieron implicaciones a largo plazo.La buena trayectoria romana en conflictos militares internacionales ayudaría también en su decisión de rivalidad con Cartago, lo que terminó en las guerras púnicas.El complejo mosaico de distintas culturas italianas y sicilianas había desembocado en una red de conflictos y cambios territoriales, en la que Roma era un participante más: nunca había intervenido en los grandes asuntos internacionales en el Mediterráneo, ni había enfrentado su fuerza militar contra ninguna de las culturas griegas dominantes.Enfurecidos por lo que consideraban un acto hostil, Tarento atacó la flota, hundiendo cuatro barcos y capturando uno más.Roma envió una delegación diplomática a pedir compensaciones por lo ocurrido, pero las conversaciones fracasaron, desembocando en una declaración de guerra contra Tarento.Los líderes de Siracusa en Sicilia, Tenón y Sosístrato solicitaron ayuda a Pirro contra los cartagineses, que asediaban la ciudad.Los cartagineses trataron de firmar un acuerdo pacífico con Pirro pero este se negó.[4] Por otra parte, los mamertinos, que estaban aliados con los cartagineses, tenían sometidos a muchos griegos de Sicilia.[5] En la travesía entre Sicilia e Italia sufrió ataques de cartagineses y mamertinos, que mermaron en gran medida sus tropas.[7] Después del combate, los romanos renombraron la ciudad Beneventum, en recuerdo de su victoria.
Cabeza de Hércules a la izquierda, con piel de león