[1] La rebelión fue rápidamente neutralizada por las tropas francesas del general Verdier, continuando los rebeldes la resistencia desde Cameros.
[1] Estos nombres hacen referencia a la ciudad celtibérica de Numancia, estableciendo paralelismos entre su resistencia hasta la muerte contra el invasor romano con la resistencia española frente al invasor francés.
En su flanco izquierdo, el sexto Cuerpo de ejército del Mariscal Ney (32 400 efectivos) avanza por Soria en dirección a Ágreda, Tarazona y Tudela.
Ambas fuerzas caen luego hacia Soria, conquistándola el 22 de noviembre.
Tras subir entre los bosques que bordean la cuenca del río Izana, se optó por actuar en la zona próxima a la pequeña localidad de Osonilla.
Fueron perseguidos hasta Navalcaballo donde el Brigadier Durán ordenó cesar la persecución y regresar a Almazán.
Durante los meses siguientes, la mermada tropa francesa se tuvo que concentrar en la capital.
En marzo de 1812, la División Soria liderada por el general José Joaquín Durán consiguió tomar la ciudad.
El esfuerzo principal del ataque se hizo desde el oeste y el norte de la ciudad, relativamente poco fortificados, mientras unidades ligeras se hicieron por sorpresa con el control del puente fortificado sobre el río Duero.
Las fuerzas francesas se hicieron fuertes en el castillo, y no lograron ser desalojadas.
En esa situación, Juan Martín ordena dirigirse al Monasterio de Arlanza, donde son cordialmente recibidos y ayudados.
Dos días después, los soldados franceses continúan la persecución, dada la mejoría del tiempo; entonces, “El Empecinado” decide, como precaución, dividir su partida en tres grupos.
Desde 1811 albergó una guarnición permanente de soldados y durante ese año y el siguiente, debido al saqueo por parte de las tropas francesas, se extendió una gran hambruna por la ciudad.