Ambas hipótesis han caído en desuso con el paso del tiempo porque ningún documento las acredita de manera fidedigna.
[1] Durante la dominación árabe el castillo no pasaría de ser una simple atalaya o pequeña fortaleza que vigilaba esta zona del Duero y protegía la plaza musulmana de Medina-Soria.
La construcción del castillo se atribuye al Conde Fernán González, aunque Soria conquistó definitivamente a los musulmanes a comienzos del siglo XII por el rey aragonés Alfonso I el Batallador casado con la reina leonesa Urraca I.
Su hijo Alfonso VII el Emperador realizó la barrera interior y Sancho IV las murallas exteriores.
Durante la Guerra de la Independencia, el mariscal Michel Ney permanecerá en la provincia Soria hasta 1812.
[3] Para realizar una descripción de lo que fue este importante castillo, hay que partir del Plano de Soria realizado por Dionisio Badiola a principios del siglo XIX que muestra fielmente la imagen del castillo en alzado, planta y perfil antes de ser dinamitado por el general Durán.
El castillo, propiamente dicho, estaba constituido por una potente construcción ligeramente trapezoidal flanqueada por cuatro pequeñas torres en las esquinas.
El tramo que discurre junto al Duero está realizado con piedras sillares sin cubos, puesto que el río actúa como barrera natural, mientras que el resto de la muralla está construida en sillarejo o mampostería, es más elevada y está reforzada con cubos cilíndricos.
A lo largo de esta muralla existieron seis puertas flanqueadas con sus respectivos cubos, cuatro postiguillos (pequeñas puertas abiertas en el recinto) y un portillo (mayor que estos y menor que aquellas).
Modernamente llamada Puerta de Navarra, se ubicaba frente al puente sobre el río Duero, junto a ella había un postiguillo.
La torre en la que se ubicaba esta puerta que daba acceso al puente (defendido con un torreón ubicado en su parte central), estaba cubierta con techumbre de madera y tejas, ambos tejados de torre y torreón tuvieron que repararse en 1505 En la primera década del siglo XIX, se proyecta el camino para subir desde el puente hasta la Plazuela de la Fuente y Calle Real, proyecto del que conoce el plano elaborado por Manuel de Ybarra en 1804, y en el que se representan la puerta del Puente y sus postiguillos.
Junto al antiguo Convento de San Agustín se encuentra el Postiguillo de San Agustín, un pequeño postigo que se encontraba tapiado y que da acceso a los huertos próximos al convento recientemente restaurado.
Sangrientas fueron las escenas de que fue teatro el monasterio; el tumulto dio con Garcilaso en la iglesia, donde disfrazado con un hábito de fraile, estaba arrodillado con un breviario en la mano vuelto al revés, en lo cual le reconocieron porque no sabía leer, y allí le concluyeron a puñaladas.
Por dicho postigo salieron los caballeros sorianos que mataron a Garcilaso y sus hombres en el convento de San Francisco.
En 1617 la Ciudad acordó derribar el torreón nuevo que se había hecho en la primera mitad del siglo anterior.
En 1623 es necesario volver a edificar el torreón[6] con tres alturas, con escaleras para acceder al reloj.
Es descrita a mediados del siglo XIX por el historiador Nicolás Rabal:
Sobre éste, se aprovecho la construcción para una humilde vivienda que abría sus balcones a ambos lados de la puerta.
Una de ellas se encontraba junto a la Puerta y la otra en el medio siendo derribada esta última en 1851.
Salva el desnivel existente entre las dos orillas que se encuentran a distinta altura manteniéndose un único carril para la circulación.
Recibe varias restauraciones en los siglos XVII y XVIII, que determinarán su aspecto actual.
Se lleva a cabo en fases: · La ciudad de Soria, su castillo y su muralla.