Debido a las repetidas rebeliones que padeció durante el siglo XVI, a principios del XVII el Imperio otomano ya no tiene la combatividad del siglo anterior.
Cuando este quiere reorganizar a los jenízaros provoca una rebelión, es hecho prisionero y estrangulado en mayo de 1622.
Fazil Ahmed falleció en 1676 poco antes de terminar la guerra con Polonia, reemplazándolo su cuñado Kara Mustafá.
La zona oriental, la Ucrania de la Margen Izquierda, pasaba a poder del Zarato ruso, mientras que la occidental, la Ucrania de la Margen Derecha, se mantenía en poder polaco.
En 1676, Doroshenko, con tropas otomanas, atacó la ciudad de Chiguirín,[6] capital del Hetmanato cosaco.
Este ataque fue difícil de comprender para muchos cosacos, que no entendían como se luchaba contra cristianos ortodoxos apoyando a musulmanes, y causó muchas deserciones en el bando prootomano.
En 1677, tras la rendición de Doroshenko, los otomanos decidieron nombrar a Yuri Jmelnitski, que estaba preso en Estambul, atamán del margen derecho.
[9] Samoilóvich fue especialmente tenaz sobre que no se podía perder la fortaleza porque sin ella no se podía mantener la lealtad de los Cosacos de Zaporozhia y mucho menos extender su soberanía sobre las ciudades del lado derecho del río Dniéper.
En esta ocasión las fuerzas otomanas suman 70 000 hombres[10] (sin contar a los soldados tártaros), también con mucha artillería y eran comandadas por el visir Kara Mustafá.
Mientras tanto los otomanos continuaban bombardeando la fortaleza y acercando las trincheras a los muros de Chiguirín.
Yuri Jmelnitski intentó escapar más allá del Dniéper, pero fue alcanzado por sus perseguidores y terminó muerto.
[11] Este año el zar Teodoro III envió embajadores a Viena y Varsovia para formar una alianza con Juan III Sobieski y con Leopoldo I de Habsburgo contra el Imperio otomano.
[13] Un gran número de tropas rusas fueron enviadas a Ucrania, donde el general escocés Gordon fortificó Kiev.
La guerra continuó en 1680 con ataques masivos de los tártaros, que fueron rechazados en la línea Bélgorod.
Kará Mustafá, tras la toma de Chiguirín que presentó como una gran victoria en Estambul, se concentró en su gran ambición, la conquista de Viena, por lo que quiso dar por terminada la guerra con Rusia, que podía volverse problemática si prosperaba la alianza de Rusia con el Sacro Imperio Romano Germánico y la Mancomunidad Polaca-Lituana.