Guerra civil peruana de 1856-1858

Esta Constitución suprimió la pena de muerte; implantó la gratuidad de la enseñanza, específicamente primaria; redujo la edad a 28 años para ser representante del pueblo; otorgó el voto directo a los ciudadanos que supieran leer y escribir, o que fuesen propietarios, jefes de taller, soldados y marinos retirados (sin importar que estos fueran analfabetos).

[6]​ El gran mariscal Ramón Castilla, Presidente Provisorio del Perú en ese momento, si bien había subido al poder con el apoyo de los liberales, expresó su discrepancia con la Constitución liberal porque limitaba mucho la autoridad del Presidente de la República.

[14]​ El 31 de octubre de 1856 se inició el levantamiento conservador en Arequipa, con un movimiento popular encabezado por Domingo Camino y Diego Masías y Llosa, los mismos que dos años antes habían apoyado la rebelión contra José Rufino Echenique.

Castilla declaró piratas a los buques rebeldes para que cualquier escuadra extranjera (francesa o inglesa) pudiera atacarlos y formó una división naval al mando del capitán de navío Ignacio Mariátegui conformada por el transporte Tumbes y el vapor Ucayali para recuperar al Apurímac.

Estas fuerzas inmediatamente emprendieron su ofensiva sobre Trujillo, a la que ocuparon sin dificultad el 23 de diciembre.

[18]​ Al mismo tiempo, el general José Bustamante sublevaba Ayacucho a favor de Vivanco.

Otra expedición despachada por Vivanco al callejón de Huaylas ocupó Carhuaz, pero fue derrotada en su avance sobre Huaraz.

Asimismo, Piura era ocupada por tropas vivanquistas al mando del coronel Manuel González de la Cotera.

El 30 de marzo regresó la Ucayali al Callao, cuando ya la Apurímac había ido a Pisco por víveres.

Este vapor era un transporte lento y antiguo que desplazaba mil toneladas de registro.

Poco después la Apurímac capturó cerca de Paita al Huaraz y el ejército rebelde se embarcó en ambos buques, haciendo correr la voz que atacaría a las fuerzas de Layseca en Trujillo, dejando abandonadas en Paita a las barcas Catalina y Malakoff.

Mientras Vivanco enrumbaba al Callao, Castilla ocupaba Piura el 20 de abril, sometiendo a La Cotera.

Vivanco llegó a aguas del Callao en la Apurímac y el Huaraz en la noche del 20 de abril con intenciones de tomar el puerto, pues pensaba que Castilla había trasladado al norte todo su ejército y dejado desprotegido al puerto.

El Callao estaba al mando del general José María Plaza y contaba con las fuerzas de la arsenal, del castillo y la columna Constitución, así como milicias de ciudadanos rápidamente organizadas por Plaza.

El resultado del ataque al Callao fue una completa derrota para Vivanco, que se quedó en la Apurímac con solo 25 hombres.

Dos días antes, había salido del Callao la corbeta HMS Pearl para escoltar al vapor Bogotá de la Pacific Steam Navigation Co.

que traía del norte al presidente Castilla acompañado por 25 oficiales, entre ellos el coronel La Cotera.

Al mismo tiempo, Castilla ofreció a los rebeldes (jefes, oficiales y empleados) olvidar el pasado una vez que se rindieran.

[27]​[28]​ El mariscal San Román, leal al gobierno, había organizado un ejército en Puno trasladándose a Tacna, donde recibió refuerzos del gobierno, y con más de tres mil hombres empezó el sitio de Arequipa.

Ya desde antes la gente de Arequipa se había negado a aceptar una capitulación y recibió con alborozo esta noticia.

Pasó luego a Tacna por ferrocarril y quince días después ya estaban en Arequipa.

[cita requerida] Por su parte, Castilla se embarcó desde Lima hacia el sur con cañones de gran calibre y una pequeña fuerza.

[32]​ Castilla estableció su campamento en Sachaca y ahí instaló los cañones de gran calibre que trajo desde la costa tirado por bueyes.

[37]​ A lo largo de ese año se agudizaron las diferencias entre el Ejecutivo y la Convención.

[41]​ Castilla no disculpó el atentado, pero tampoco castigó a sus perpetradores ni restableció la Convención.

[43]​ Esas barcas fueron después incorporadas a la Marina Peruana con los nombres de Arica, General Plaza e Iquique.

De esta manera bloquearon a Castilla y este se decidió por un ataque contra Arequipa.

Al llegar la noche ya estaban ocupados el templo Santa Rosa y la primera trinchera de este nombre.

La Convención acabó por ser disuelta por la tropa, mientras Castilla se hallaba ausente de la capital y dirigiendo personalmente la guerra en Arequipa.

Y los buques que los rebeldes habían adquirido en Chile pasaron a engrosar la escuadra nacional.

El marino Ignacio Mariátegui y Tellería se mantuvo fiel al gobierno de Castilla y fue ascendido a Contralmirante.
Ramón Castilla encargó el Poder Ejecutivo al Consejo de Ministros desde el 1 de abril de 1857 para tomar la dirección militar contra Vivanco.
La fragata Apurímac fue el último buque en rendirse de la revolución conservadora.
El coronel Pablo Arguedas se encargó de disolver la Convención Nacional.
El general Manuel Ignacio de Vivanco , caudillo ilustrado y empedernido rival del mariscal Ramón Castilla.