Su madera fue muy importante para las aplicaciones que requerían un material con su extraordinaria combinación de resistencia, tenacidad y densidad.
G. sanctum aparece como especie casi amenazada en la Lista Roja de la UICN.
El auténtico guayacán no debe confundirse con otras maderas duras que suelen llamarse igual.
Los testigos de madera colocados sobre las puertas en el cricket (bails), en particular los utilizados en condiciones de viento, a veces se fabrican con guayacán debido a su gran densidad.
Históricamente, su uso se generalizó en los morteros utilizados para desmenuzar materiales o alimentos, y en los mazos usados por los talladores de madera.
Debido a su densidad y aceites naturales, rara vez requieren reemplazo a pesar de la severidad de las condiciones climáticas marinas, y su suavidad superficial impide que se atasquen en los orificios donde se insertan.
El maestro relojero John Harrison usó guayacán en los cojinetes y engranajes de sus relojes de péndulo y en sus primeros tres cronómetros marinos, ya que la madera es autolubricante.
Estas líneas se dañaron durante el terremoto de 1906 y los incendios subsiguientes.