"[1][2] Los descubrimientos arqueológicos en los años 1990 sitúan el lugar entre los más importantes centros celtas tempranos en Europa.
Proporcionó evidencias sin precedentes sobre el entierro celta, la escultura y la arquitectura monumental.
La meseta forma una altiplanicie casi horizontal de 800 por 80–200 m. Su promontorio suroeste es conocido como Enzheimer Köpfchen.
La altiplanicie contuvo un pequeño estanque perenne, el cual no era alimentado por las lluvias primaverales sino sencillamente por la escorrentía superficial.
La investigación arqueológica sistemática empezó en 1933–1934 con una excavación dirigida por Heinrich Richter (1895–1970) quien se centró en la fortificación.
También cimientos de paredes, pozos y sótanos medievales se han conservado por todo el cerro, especialmente en su borde norte.
Las primeras fortificaciones conocidas podrían ser precélticas, pero alcanzaron un punto culminante en tamaño y elaboración alrededor del VI o V a. C. Se mantuvieron en uso hasta el siglo II o I a. C. Su extensión y dimensiones marcan Glauberg como uno más de una red de altozanos fortificados (u oppida) que cubrían la mayor parte del sur y oeste de la Alemania central.
Por esta razón, un anexo fue añadido al norte, con dos paredes en pendiente, encerrando una área triangular adicional de 300 x 300 m, incluyendo un resalte.
Son bastante complejas en forma, diseñadas para hacer el acceso a un posible atacante más difícil.
Por esta razón, combinado con su función económica centralizadora, los oppida celtas han sido descritos como proto-urbanos.
Los ocupantes de ambas tumbas eran guerreros, como indicaba el ajuar que los acompañaba: espadas y armas.
Por lo tanto se clasifican como entierros "principescos", a la par que otros hallazgos, como los de Vix (Borgoña, Francia), y Hochdorf (Baden-Wurtemberg, Alemania).
Varios trabajos en tierra (muros y zanjas) se localizan al sur del oppidum, algunos estrechamente asociados con el montículo 1.
Una pequeña zanja cuadrada al oeste del montículo se asocia a otras varias y cierto número de pozos grandes, sugiriendo un santuario o templo.
Está asociado con cunetas y zanjas que se extienden sobre una área de casi 2 por 2 km.
Originalmente, estructura cubierta de cuero, material que no sobrevivió, formando ese mismo tocado.
La estatua era por tanto, sorprendentemente, un auténtico retrato idealizado del ocupante de la tumba, cuya figura fue así perpetuada a las generaciones futuras durante siglos.
Las primeras teorías creían que formarían un calendario astronómico, para determinar eventos o fiestas estacionales.
Pero otros centros de población celtas importantes u oppida se encuentran en la Región Rin-Meno y Hesse Central.
El complejo ritual rodeando la tumba ha añadido un nuevo tipo de monumento a la prehistoria europea.
Anteriormente, algunos de los hallazgos, incluyendo la estatua, se encontraban en exhibición en el Museo Hesiano Estatal en Darmstadt.