El tema ha sido muy poco estudiado y ha quedado oscurecido por la Shoah (término hebreo utilizado para referirse al Holocausto, la aniquilación judía en Europa por la Alemania nazi).Solo en años recientes la comunidad gitana ha empezado a demandar ser incluida entre las víctimas del régimen nazi.[6] También existe otro término: Samudaripen (Asesinato en masa), acuñado por Marcel Courthiade, pero desechado por no ser conforme a la lengua gitana.[6] En los mil años que las tribus gitanas han vivido en Europa, han sido objeto de persecución antigitana y humillación;[7] son estigmatizados como criminales comunes, inadaptados sociales y vagabundos.[7] Dada la predilección nazi por la «pureza racial», parecía inevitable que los gitanos estuvieran entre sus primeras víctimas.No obstante, en los primeros días del Tercer Reich, los gitanos presentaron un problema para la ideología racial de Hitler.Esto fue posible, explica, considerando por su pobreza extrema y estilo de vida nómada.Comandado por el Dr. Robert Ritter y su asistente Eva Justin, se encargó de efectuar un estudio a profundidad de la cuestión gitana (Zigeunerfrage) y proveer la información requerida para formular una nueva ley referente a la población gitana del Reich.No se tomó ninguna decisión con respecto al resto (alrededor del 10 % de la población gitana total de Europa), ante todo las tribus Sinti y Lalleri que vivían en Alemania, aunque se realizaron varias sugerencias.También en este año los nazis establecieron campos para encerrar a los gitanos en Dachau, Dieselstrasse, Mahrzan y Vennhausen.[16] Al menos una de las víctimas famosas del Holocausto judío parece haber visto gitanos en Auschwitz: Ana Frank.Băsescu también otorgó a tres sobrevivientes del Porraimos la Orden por servicios leales.
Mujer gitana con un policía alemán y el psicólogo nazi
Robert Ritter