Florece en primavera dando al paisaje un color amarillo dorado muy vivo.
La aliaga negral tapiza carrascales, robledales carrasqueños y acebedas aclaradas.
Es más exigente en humedad que la olaga común (Genista scorpius) Se puede comer en crudo o en caliente, con una pizca de sal.
Planta decorativa muy utilizada en Europa como ornamental en rocallas y bordes por su preciosa floración veraniega.
Los caballos que viven semisalvajes en los montes, como ocurre con los de la raza losina y los asturcones, la buscan con fruición en invierno.
[4][5] Se le llama olaguina en la provincia de Burgos y en La Rioja.