[2] La expedición se dirige por la costa sudamericana, explorando cada vez a mayor latitud, buscando sin éxito un paso al mar del Sur.
Los capitanes y oficiales de la expedición, pareciendoles inútil navegar por aquella costa y al ver que Magallanes no tomaba rumbo al cabo de Buena Esperanza, acordaron hacer un requerimiento a Magallanes.
Magallanes finge negociar[3] y secretamente envía en el esquife de su nao a Gonzalo Gómez de Espinosa, su alguacil, con varios hombres armados a la Victoria, donde matan por sorpresa a Mendoza[4] y se apoderaron de la nao sin resistencia por parte la tripulación.
Al día siguiente las dos naves que quedaban en poder de los amotinados intentan hacerse a la mar pero son bloqueadas por Magallanes, que había situado sus naves a la salida de la bahía San Julián.
La San Antonio se rinde tras un breve combate con la Trinidad, después lo hace la Concepción sin resistencia.