Frente Antiimperialista y por el Socialismo

[4]​ Algunos consideran que los tres primeros congresos fueron efectuados por el Frente Antiimperialista y Anti dictatorial (FAA),[2]​ y registrados en la revista Nuevo Hombre que más tarde sería el órgano difusor del FAS.

Luego de tres congresos preparatorios recién en este Congreso quedó constituido orgánicamente como frente, con un Comité Ejecutivo cuyo presidente fue Armando Jaime del Frente Revolucionario Peronista (FPR), y que integraban Manuel Gaggero (del FPR y director del diario El Mundo), Rodolfo Matarolo (director de "Nuevo Hombre"), Alicia Eguren[5]​ Oscar Montenegro (PRT-ERP), Juan Carlos Arroyo (FRP), Silvio Frondizi (Grupo Praxis) y Gregorio Flores (PRT-ERP).

[2]​ El IV congreso se realizó en una cancha de básquet y contó con la participación de organizaciones como el PRT-ERP, Frente Revolucionario Peronista, Partido Comunista Marxista Leninista, Organización Comunista Poder Obrero, Liga Espartaco, Liga Socialista, Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Izquierda Socialista, Grupo Praxis, Socialismo Revolucionario, Peronismo de Base, Ejército Libertador del Norte, Acción Proletaria, Democracia Obrera Revolucionaria y Círculo Socialista.

[1]​ En este congreso los oradores fueron Rodolfo Ortega Peña, Alicia Eguren, Eduardo Castelo, Silvio Frondizi, Norberto Pujols, Agustín Tosco y Manuel Gaggero.

La disputa por el poder exigía el más amplio acuerdo de fuerzas políticas y sociales (un Frente Antiimperialista)".

[6]​ En el interregno democrático 1973-74, logró concitar la atención y entusiasmo de grandes sectores populares.

No era fácil en un contexto de lucha armada y represión determinar dirigentes públicos.

También estaban representados la Organización trotskista El Obrero, cuyo dirigente no dio nombre real para evitar la represión, y actuaba públicamente con el seudónimo de "El Gato".

Brutalmente torturado, fue acribillado a balazos y su cadáver arrojado luego en las afueras de la capital tucumana.

[1]​ La represión creciente sobre numerosos dirigentes públicos del FAS, y su posterior asesinato, fueron obligando en pocos meses su paso a la clandestinidad y después de un periodo prácticamente sin posibilidades de actividad pública, esta fuerza política terminaría por disolverse.