Marroquín no tenía frailes en Guatemala y pidió apoyo a los dominicos que se encontraban en Nicaragua.
Durante el incidente muchas personas perecieron entre ellas la esposa del adelantado de Guatemala y la gobernadora interina Beatriz de la Cueva, quien había enviudado apenas cuatro meses antes cuando Alvarado murió inesperadamente durante la Guerra del Mixtón en Jalisco.
El visitador Tello de Sandoval convocó una junta de prelados para dirimir a las facciones, tras largas y reñidas discusiones se logró un acuerdo el cual fue publicado.
Por tal motivo, tuvo que notificar los hechos al rey de España, y decidió delegar la administración de varios sitios a clérigos desfavoreciendo a los religiosos.
Aprendió el idioma quiché y escribió Doctrina, la cual fue impresa en la Ciudad de México debido a que todavía no había imprentas en Guatemala.
Marroquín escribió algunas relaciones históricas las cuales fueron referidas por Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España: "..que entre los papeles y memorias que dejó el buen obispo D. Francisco Marroquín estaban escritos los temblores, cómo, cuándo y de que manera pasó, según aquí va declarado.."[2] Muchos fueron los tratos que el obispo Marroquín y el conquistador Pedro de Alvarado tuvieron.
Sin embargo, no existían centros educativos para que los jóvenes obtuvieran los conocimientos necesarios para servir como ministros.
[4] Fue hasta la segunda mitad del siglo xvi cuando aparecieron las primeras iniciativas para establecer estudios más allá del adoctrinamiento religioso y la alfabetización que acompañaba a ello.
Los beneficiarios de esta obra pía serían los hijos de españoles pobres, ya que estos no podían trasladarse a ciudades donde había universidades reales, como México.
La heredad del obispo ha sido interpretada también como el origen de la universidad.
En ninguna parte menciona Marroquín una universidad, mucho menos declara intención de establecer alguna...»[6] Lo que sí está documentado es que el alcalde Pedro Crespo Suárez al morir, donó veinte mil pesos para la institución de cátedras de la universidad «que se está gestionando».