Son generalmente comercializados por vendedores ambulantes, los cuales llevan un bloque de hielo en un carrito.
Al hielo troceado o rallado se le añade un jarabe (sirope) del sabor a elegir, siendo los más populares fresa, tamarindo, lima y limón, pero se pueden encontrar jarabes de diversos sabores.
El hielo raspado se deposita en un cono de papel invertido o en vaso plástico, se le añaden siropes con sabor a cola, tamarindo, limón, caramelo, cereza, entre otros, y leche condensada.
En el Valle, tanto el raspado como el cholado se suele acompañar con una galleta tipo wafer, cucharada y pitillo o popote.
Los que se venden en carretillas ambulantes y tienen hielo que ha sido raspado manualmente de una marqueta con un cepillo para hielo (funciona a semejanza de un cepillo para madera) se llaman "raspados".
[3] Los jarabes tradicionales son tamarindo, menta, rosa, naranjilla, fresa y piña.
[4] Los "granizados" vendidos en locales comerciales usualmente no llevan ninguna cubierta y su hielo ha sido finamente "frapeado" por una máquina eléctrica y, por esta razón, tienen más líquido aun cuando recién hayan sido preparados.
Una receta sencilla de "fresco" solo requiere hielo, granadina y maní tostado.
Algunas personas le agregan, aparte del jarabe, leche condensada para darle textura y sabor acremados.
Igualmente es común agregar chile en polvo y en salsa para obtener las llamadas chamoyadas.
Los precios son entre 15 a 20 córdobas nicaragüenses dependiendo si el comprador quiere que se le eche o no la leche condensada.
El “cepillado” se genera raspando una barra de hielo con un gran cepillo con cerdas de metal que producen un granizado mucho más fino y compacto que el del “raspado”.