La era Vikinga comenzó en Irlanda en 795 con ataques a los monasterios insulares de Rathlin, Inishmurray, e Inishbofin.
Los Anales de Ulster registran únicamente cinco incursiones vikingas en los primeros veinte años del siglo IX.
[2] En las décadas siguientes se establecieron otros poblamientos fortificados en Wexford, Waterford, Limerick, y Cork.
Posiblemente daneses y sus actividades estuvieron dirigidas contra los "extranjeros" ya en Irlanda.
Una batalla naval importante tuvo lugar en Carlingford Lough en 853 y produjo una victoria para los recién llegados.
En el mismo año, allí llegó otra fuerza, los "extranjeros claros", dirigidos por Amlaíb, "hijo del rey de Laithlind", e Ímar.
Áed Findliath aprovechó estas ausencias para destruir las fortalezas vikingas del norte de Irlanda.
[10] Junto a esta innovación, los términos goídil (gael), gaill (extranjeros) y gallgoídil (hiberno-nórdicos) se hacen más frecuentes, junto con frases como los Gaíll Érenn (los extranjeros de Irlanda, utilizado para referir a los hiberno nórdicos de las costas irlandesas).
Cuándo Áed murió en 879, el título regresó a la rama del sur, representada por Flann Sinna.
En 881, dirigió un ejército de irlandeses y "extranjeros" al norte, atacando Armagh.
[16] A diferencia de las historias posteriores que describen a Gaélicos y "Extranjeros" como enemigos irreconciliables, y relatan los acontecimientos como una luya entre nativos e invasores, los reyes irlandeses no tuvieron problema alguno en aliarse con los "extranjeros" si les convenía.
Gerald afirmaba que Máel Sechnaill había concedido su hija al caudillo vikingo Turgesius, y había enviado quince hombres jóvenes barbilampiños, disfrazados como las doncellas de la novia, para matar al cacique y a sus socios.
[20] En 892, los acontecimientos en Inglaterra pueden haber tenido un impacto en Irlanda, provocando la caída de Dublín (Áth Cliath).
Flann emprendió una expedición contra su primo Cellach mac Cerbaill, Rey de Osraige, en 905, después de que Cellach hubiera sucedido a su hermano Diarmait ese año.
Esto era porque Flaithbertach había caído de su caballo, un acontecimiento que fue considerado como un mal presagio.
Cormac, junto con Cellach mac Cerbaill de Osraige y muchos otro notables, fue asesinado.
Niall Glúndub también forzó una tregua entre Flann y Fogartach mac Tolairg, rey de Brega.
Niall también pudo haber sido reconocido como heredero de Flann en esa época.
A la muerte de Cormac en batalla en 908, luchando contra su padre, se casó con Cerball mac Muirecáin del Uí Dúnlainge, que presuntamente la maltrataba.
Eithne estuvo casada también con Flannácan, Rey de Brega, con quien tuvo un hijo llamado Máel Mithig.
[28] Su tercera mujer, Máel Muire, que murió en 913, era la hija del Rey de los Pictos, Cináed mac Ailpín.
[30] La descripción de Máel Ruanaid como "el heredero designado de Irlanda" sugiere a algunos que Flann planeaba mantener la corona en su familia, excluyendo a Cenél nEógain, como antes habían quedado excluidos Cenél Conaill y Síl nÁedo Sláine.
[32] Alex Woolf sugirió que Flann no había intentado únicamente monopolizar la sucesión dentro de su familia, sino que intentaba crear una monarquía nacional en Irlanda comparable a la creada por sus contemporáneos Alfredo el Grande y Eduardo el Viejo en Inglaterra a partir de su Reino de Wessex.
Esta obra vinculaba a Flann con las hazañas de su legendario antepasado Uí Néill Túathal Techtmar.
Al mismo tiempo, el oratorio de Clonmacnoise fue reconstruido en piedra por orden suya.