Fantastique (género literario)

Lo fantastique frecuentemente está ligado a una atmósfera particular, una especie de crispación debido al enfrentamiento con lo imposible.La otra gran novela frenética es el Manuscrito encontrado en Zaragoza, del polaco Jean Potocki, obra también escrita originalmente en francés, donde se presentan un conjunto de historias independientes e imbricadas unas con otras, según el principio de la novela encajada, y con algunos personajes recurrentes.Después de estas dos obras descollantes, la novela frenética alcanzó su apogeo con los llamados « petits romantiques » (« románticos cortos »).Entre los escritos más descollantes del gótico francés, pueden señalarse algunas historias en primera instancia concebidas con el objetivo de parodiar los cuentos de Lewis y Radcliffe, y que casi sin quererlo fueron auténticas e importantes novelas negras.Por su parte, el crítico literario Jules Janin escribió L'âne mort et la femme guillotinée (1829), y Frédéric Soulié en Les mémoires du Diable utilizó también todos los recursos del estilo gótico, y nunca ocultó su admiración por las obras del Marqués de Sade.Imbuido de influencias esotéricas, esta novela sin duda tuvo un impacto directo sobre Charles Nodier y sus sucesores franceses.Hoffmann podríamos decir que tuvo una influencia casi universal y prácticamente continua en el género, y sus cuentos forman un repertorio formidable de lo fantastique, influencia que por cierto no alcanzaron otros autores, así como tampoco otras artes (ópera, ballet, cine).Gautier brilla por la forma como mantiene al lector en la duda todo a lo largo de sus historias, para finalmente sorprenderle en la conclusión.Estas narraciones, aun cuando no son todas ellas fantastiques, por lo general ponen de manifiesto tanto lo extraño como lo sobrenatural.Sus numerosos cuentos fantastiques están repartidos en varias recopilaciones, entre las cuales la mejor es ciertamente Histoires de masques (1900).El simbolista Marcel Schwob fue insensible a la atmósfera funesta y peligrosa de las obras decadentes, marcando así un estilo propio.Y ello es tanto más importante de señalar, en cuanto lo fantastique tiene un rol central en general en la literatura belga.Junto al simbolismo, también se desarrolló una corriente realista y rústica, en la cual el principal representante es Georges Eekhoud.Por su parte, dos escritores con mayúculula contribuyeron a aportar madurez al fantastique belga : Franz Hellens y Jean Ray.El primero (cuyo verdadero nombre en realidad es Jean Raymond Marie de Kremer), alternando entre simbolismo y realismo, se orientó a un género que a veces es calificado de « realismo mágico »; sus obras principales son : Nocturnal (1919), y Les réalités fantastiques (1923).En nuestros días, se desarrolla en Bélgica un fantastique muy influenciado por las novedades que surgen de los países anglosajones, y cuenta entre sus autores a Daph Nobody,[29]​ con su novela Blood Bar,[30]​ y también con su Cycle des Ténèbres (volumen I: Les Tenèbres Nues; volumen II: La Lumière des Au-Delà).[31]​ La Inglaterra victoriana no dio autores fantastiques ingleses en sentido estricto, ya que las sutiles ambigüedades de este género y sus a veces borrosos límites entre la fantasía y lo maravilloso, no tuvieron el eco suficiente en la tradición literaria inglesa.La sensualidad y la homosensualidad por cierto están muy presentes en su obra, superando largamente el marco de lo fantastique.La citada novela El retrato de Dorian Gray ejerció una fuerte influencia en la literatura francesa, y en particular sobre los escritores decadentes.El escritor anglo-americano Henry James abordó regularmente lo fantastique durante su carrera literaria, en especial con las llamadas "historias de fantasmas".Algo más tarde, fue también en Inglaterra que nació el llamado género Fantasy, con The Hobbit (1937) de J. R. R. Tolkien.Este escritor se caracterizó sobre todo por su realismo, así como por el tono irónico que con mucha frecuencia empleó.Su recopilación más conocida es Sketch Book (1819), que particularmente contiene el cuento titulado Rip Van Winckle, una de las primeras obras fantastiques estadounidenses verdaderamente originales, junto a la obra titulada Peter Rugh, el desaparecido de William Austin (1824).Y entonces nuevos temáticas fueron exploradas: los viajes a través del tiempo; los mundos paralelos; las vidas paralelas... A partir de esta publicación, surgieron herederos contemporáneos de esta forma literaria, algunos que abrazarán plenamente la tradición borgiana y otros que comenzarán en él para irse distanciando en sus últimas obras.[40]​ Destacan aquí autores como César Aira, Roberto Bolaño, José Baroja, Andrés Neuman, Juan Gabriel Vásquez, Jorge Volpi, entre otros, que han declarado explícitamente su relación con la literatura fantástica argentina.El término alemán exacto utilizado por Freud para transmitir este concepto era unheimlich, lo que significa « no-familiar » y también « no-oculto ».Por otra parte, en numerosos relatos fantastiques, la sexualidad interviene explícitamente y no simbólicamente o alegóricamente.Así por ejemplo los románticos alemanes de esta forma pudieron expresar críticas políticas disfrazando las obras como pertenecientes a la ficción.Asimismo, se tolerará más fácilmente ideas chocantes, si las mismas son presentadas como una obra inspirada por la locura o por el propio Diablo.[53]​[54]​ También se podría interpretar lo fantastique como presentando figuras metafóricas, y en este caso por cierto los enfoques son muy otros.
Goya , El sueño de la razón produce monstruos
Detalle de El Infierno de Jérôme Bosch
La Pesadilla de Johann Heinrich .