[3] Esta guerra se estaba desarrollando desde 1833 al pretender Carlos María Isidro de Borbón disputar el trono a su sobrina la reina Isabel II.
Según él, «...un buen secretario y un honrado cajero hubieran bastado para hacer marchar mucho mejor los asuntos».
[6] La sorprendente propuesta tuvo éxito y pudo cruzar «...en pleno día, vestido con mi uniforme carlista...».
[7] Viajó por Francia, siendo siempre recibido por importantes personajes militares, políticos y nobles del país, hasta Perpiñán.
Allí se puso nuevamente en manos de contrabandistas, que no eran duchos como los vasco-franceses, ya que perdió sus caballos y su equipaje durante la travesía de los Pirineos, aunque los volvió a recuperar más tarde, llegando a Ceret, primer pueblo carlista.
[8] Habiendo vuelto a Prusia, fue nombrado por aquel gobierno agregado militar para con los carlistas, cargo que ocupó hasta 1840.