La batalla tuvo lugar durante la Primera Guerra Carlista y resultó en la derrota del ejército isabelino.
Los carlistas fueron capaces de improvisar medios para que sus tropas y caballos pudieran cruzar los ríos, pero se vieron forzados a abandonar la artillería.
[5] El ayuntamiento y el cabildo presentaron las llaves de la ciudad al pretendiente, tras lo que se celebró un Te Deum en la catedral.
Un escuadrón isabelino de coraceros de la Guardia, con Diego León al frente, se adelantó para arrollar a las avanzadillas carlistas y luego siguió su ataque contra la masa enemiga, resultando muerto el brigadier.
[11] Al final, los isabelinos resultaron derrotados, perdiendo en total ambos bandos unos dos mil hombres entre muertos, heridos y prisioneros, incluyendo Iribarren, que fue herido de gravedad y pereció al día siguiente.
[13] Pocos días más tarde se volverían a enfrentar con otro ejército isabelino en la batalla de Barbastro.