Extremismo y extremista son términos usados para describir acciones, ideologías, individuos, grupos, instituciones, agentes, partidos o movimientos políticos que se sitúan, bien a sí mismos o bien por quien los describe, muy alejados del centro político o del espacio social del consenso.
En una coyuntura de revolución los extremismos contrapuestos se identifican, respectivamente, con los revolucionarios y los reaccionarios.
El término casi siempre se utiliza de forma peyorativa, prefiriendo los tildados de extremistas otros calificativos, como radicales, puros, o incluso antisistema.
El historiador español José Luis Rodríguez Jiménez ha señalado que «el extremismo [político] es maximalista tanto en los fines como en los procedimientos adoptados para la consecución de los objetivos propuestos.
Son habituales las expresiones los extremos se tocan o los polos contrarios se atraen, indicando la facilidad con la que puede pasarse de un extremo al otro (hecho que se suele calificar de bandazo político o movimiento pendular); en un efecto opuesto al clásico punto medio que expresaba también la concordia oppositorum o coincidentia oppositorum (De docta ignorantia, Nicolás de Cusa, 1440).