La Expedición Antártica Nacional Escocesa o Expedición Scotia (según la denominación oficial en inglés, Scottish National Antarctic Expedition, SNAE, abreviada en español como EANE) fue una expedición científica a la Antártida que tuvo lugar entre 1902 y 1904, organizada y dirigida por William Speirs Bruce, un científico especializado en ciencias naturales y antiguo estudiante de medicina de la Universidad de Edimburgo.
Bruce había pasado la mayor parte de la década de 1890 realizando expediciones en la Antártida y en las regiones árticas, y ya en 1899 era el científico del Reino Unido con más experiencia en las zonas polares.
Como consecuencia, la expedición escocesa (EANE) siguió adelante como una organización independiente, contando con la financiación privada de algunas empresas.
Bruce no recibió honores ni reconocimiento formal del Gobierno británico y a los miembros de la expedición se les negó la prestigiosa Medalla Polar a pesar de la fuerte presión que se hizo para su concesión.
Después de la EANE, Bruce no volvió a realizar más expediciones antárticas, aunque hizo viajes regulares al Ártico.
También pasó mucho tiempo trabajando voluntariamente con el oceanógrafo John Murray, ayudándole a clasificar los especímenes recolectados durante la Expedición Challenger (1872-74).
Luego trabajó en una estación meteorológica en la cima del Ben Nevis, en Escocia, el monte más alto del Reino Unido,[5] antes de incorporarse a la Expedición Jackson-Harmsworth (1894-97) a la Tierra de Francisco José en el Ártico, como ayudante científico.
[6] Entre 1897 y 1899 hizo más viajes al Ártico: primero un viaje privado organizado por el mayor Andrew Coats a Spitzberg, y después, a Nueva Zembla, como científico en el buque de exploración ártica Princess Alice.
[8] Su experiencia reciente hacía «poco probable que hubiese otra persona en las islas Británicas en este momento mejor cualificada».
[8] La carta de Bruce, en la que detallaba todos sus méritos, fue recibida pero no contestada hasta un año más tarde.
Para entonces, Bruce tenía otras ideas y aspiraciones muy distintas a lograr un puesto de auxiliar del equipo científico.
Esta propuesta fue calificada por el presidente de la RGS, Sir Clements Markham, como «maliciosa», lo que provocó un acalorado intercambio epistolar entre ambos, decidiendo Bruce proceder por su cuenta.
Se instalaron además equipos para hacer sondeos de profundidad, para recoger muestras de agua a distintas profundidades así como muestras del fondo marino y realizar observaciones meteorológicas y del magnetismo terrestre.
[24] Al no haber podido alcanzar tierra en la Antártida, la expedición tuvo que decidir dónde invernar.
Bruce decidió volver a las islas Orcadas del Sur y encontrar un fondeadero allí.
[26] Les costó un mes de duro navegar para que el Scotia alcanzase las islas.
[30] Este edificio estaba destinado a ser el alojamiento del equipo que permanecería en la isla Laurie para trabajar en la estación meteorológica.
[32] Conforme iba llegando la primavera se incrementaba el nivel de actividad, haciéndose más viajes en trineos tirados por perros, en algunos alcanzaron las islas vecinas.
[32] El 2 de diciembre, la expedición llegó a Puerto Stanley donde recibieron las primeras noticias del mundo exterior.
Cuando contactaron por cable con el Foreign Office británico, éste no puso ninguna objeción al asunto.
Fue durante este período de inactividad cuando el gaitero Gilbert Kerr fue fotografiado tocando su instrumento junto a un pingüino.
[42] El Scotia puso rumbo a Ciudad del Cabo por una ruta que lo llevó a la Isla de Gough, una proyección volcánica aislada en medio del Atlántico que nunca había sido visitada por un equipo científico.
El 21 de abril, Bruce y otros cinco hombres pasaron un día en tierra recogiendo especímenes.
[51] De hecho, aunque Bruce siguió visitando el Ártico con fines científicos y comerciales, nunca organizó otra expedición antártica ya que sus planes para un viaje transcontinental antártico se vieron frustrados por falta de financiación.
Los informes científicos de la EANE requirieron muchos años para completarse; la mayoría fueron publicados entre 1907 y 1920, pero un volumen se retrasó hasta 1992.
[53] Bruce carecía de carisma, no tenía ninguna habilidad para las relaciones públicas («... era punzante como el cardo escocés», según un amigo de toda la vida),[1] y tenía un don especial para ganarse enemigos poderosos.