Evolución histórica del plano de Madrid

La Plaza Mayor es un antiguo espacio abierto en el Arrabal (se llamó plaza del Arrabal) que se organiza como espacio de mercado, y se racionaliza con el cierre rectangular, que acaba techando las calles con los arcos de sus salidas (como el típico Arco de Cuchilleros, en la esquina suroriental), ya en el siglo XVIII.

Con ayuda de sus ministros tomó diversas medidas para lavar la cara a la capital que sufría altos niveles de delincuencia y, como ya se ha mencionado antes, una salubridad muy poco cuidada.

Debido a ciertos cambios en las costumbres indumentarias, que tenían como objetivo reducir la delincuencia y hacer de Madrid una ciudad más atractiva, y a un incremento en los precios, tuvo lugar el Motín de Esquilache que terminó con la deportación del ministro del mismo nombre que quiso imponer estas reformas.

Más tarde, reinando Isabel I los frailes solicitan ser reubicados ya que la localización junto al río es insalubre por la abundancia de mosquitos.

Se traslada a la actual ubicación junto al Paseo del Prado.

Como resultado de esto el casco urbano se extendió rápidamente y en unos 40 años (a principios del siglo XVII) llegó hasta la cerca que más tarde se construiría (por el norte hasta los llamados bulevares y por el este hasta el arroyo de la fuente Castellana, es decir, el paseo de Recoletos y El Prado) y que perduraría prácticamente hasta el siglo XIX, mientras la ciudad volvía a crecer en altura.

Un hecho importante para la evolución urbana de la ciudad se dio tras el incendio del Alcázar en 1734.

La rápida expansión del siglo XVI se hizo tan deprisa que no dejó espacio para la creación de plazas.

A principios del siglo XIX, el rey José I, tampoco especialmente partidario de los conventos, se dedicó a derribar unos cuantos (Santo Domingo, Mostenses, Santa Bárbara) usando los terrenos para construir plazas (que suelen llevar el nombre del convento derribado), por lo que José se ganó el sobrenombre de "el rey Plazuelas".

Limitado a la zona norte y este, hasta el Paseo de Ronda, adoptó el plano en cuadrícula (manteniendo la diagonal del tradicional camino que es la calle Alcalá), la trama en manzanas que se preveían de baja densidad (posteriormente ocupadas hasta sus últimas posibilidades) y un estilo arquitectónico historicista, con predominio del ladrillo visto y los balcones enrejados, que le dan un aspecto característico.

La declaración de ruina, con el correspondiente desalojo, derribo y reconstrucción proporcionó notables plusvalías a los propietarios.

Plano de Madrid de Pedro Teixeira (1656) Mantua Carpetanorum sive Matritum Urbs Regia .
Plano de 1762. La cerca de época de Felipe IV no había sido traspasada, y no lo fue hasta mediados del siglo XIX
Mapa alemán de la ciudad de 1888. Aunque sólo se representa un espacio similar al del mapa anterior, se observa el trazado continuo de los bulevares, la ampliación del Ensanche al noreste (comienzo de las calles del Barrio de Salamanca ), los espacios ferroviarios al sureste y noroeste, y algunos espacios abiertos en el centro histórico que corresponden a las plazuelas abiertas por José Bonaparte ( Santa Ana , Tirso de Molina , y la plaza de Oriente con el Teatro Real ). La Gran Vía aún no se ha abierto.
Hoja especial Madrid y su entorno del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000 (1.ª edición, 2012).
Vista aérea desde el oeste de la zona centro de Madrid, con el Palacio Real en mitad de la imagen.
Proyecto de Ciudad Lineal de Arturo Soria . Su ambicioso planteamiento no llegó a completarse en todos sus extremos, y su integración con la naturaleza quedó definitivamente desvirtuada con la urbanización de todos los espacios intermedios, tanto hacia el centro urbano como hacia el exterior. También se amplió la edificabilidad en la mayor parte de las parcelas, aunque algunas siguen teniendo el mismo aspecto que a principios de siglo. También es uno de los pocos bulevares que se han conservado.
Asamblea de la Comunidad de Madrid , en el distrito de Puente de Vallecas, un ejemplo de equipamiento público en zonas no centrales, cuya ubicación en este caso se planteó como una "descentralización" administrativa voluntaria hacia la periferia urbana.