Se enroló en el Ejército del Norte en 1810, y participó en las tres Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú.
Luchó contra cada una de las invasiones realistas a Jujuy y Salta, con suerte diversa.
Cuando este fue derrocado por el unitario Fermín de la Quintana, se mantuvo al margen mientras conseguía el apoyo del caudillo tucumano Alejandro Heredia.
Este finalmente le envió en su ayuda una división al mando del oriental Pablo Alemán, con cuya colaboración derrocó a Quintana en noviembre de 1835.
Aunque con esa victoria no logró retomar la capital de su provincia, logró aislar a Puch, que finalmente huyó a fines de marzo.