La etnomusicología es un área académica que comprende varios enfoques del estudio de la música que enfatiza sus dimensiones culturales, sociales, materiales, cognitivas, biológicas y otros contextos, en lugar de o adicionalmente, como sonidos aislados o un repertorio particular.
Después de estudiar publicaciones previas, los etnomusicólogos observan la música in situ en los lugares donde se dan (pero no siempre).
[5][6] Además, esta área era conocida en sus inicios como musicología comparativa, aunque este término se dejó de usar durante los cincuenta.
Para complicar la situación, los académicos encararon el dilema de diferenciar su área estudio, como Willard Rhodes menciona, la percepción general que se tenía por el público era que su investigación era oscura y no era de fácil acceso.
Durante la década de los setenta, la etnomusicología se convirtió en una palabra conocida en el léxico general.
Históricamente los investigadores de occidente se nombraron como expertos en las tradiciones musicales extranjeras, sin embargo ignoraban las diferencias globales, los sistemas primarios, y los patrones cognitivos, pensaban que su interpretación era la verdad.
Un ejecutante puede tratar de darle un significado, pero una vez que la canción es originalmente interpretada por la audiencia, guardada en la memoria y posteriormente recordada por un investigador, y reinterpretada por la audiencia del investigador, la canción puede tomar un significado completamente diferente.
[25] Debido que la música popular se desarrolló en una relación dependiente con los medios y las corporaciones que la rodean, en donde las ventas de los discos y las ganancias dan forma de manera indirecta a las decisiones musicales, la superestrella se convierte en un elemento importante en la música popular.
Desde la fama y el éxito económico que rodea a dicha superestrella, las subculturas continúan al alza, como los movimientos de rock y punk, solo perpetuados por la máquina corporativa que también la forma al aspecto musical de la música popular.
La interacción musical a través de la globalización ha jugado un gran papel en la etnomusicología durante los noventa.
Mientras que la globalización tenía un efecto innegable dentro de la homogeneidad cultural, también ayudó a expandir los horizontes musicales del mundo.
Por lo tanto, el trabajo etnomusicológico puede ser caracterizado por presentar un sustancial e intensivo componente etnográfico.
[33] Hood recomienda a los estudiantes de etnomusicología emprender sustancialmente un entrenamiento musical en el área, una competencia que describe como bimusicalidad.
[35] Sin embargo Mieczyslaw Kolinski, en 1976, encontró peligroso restringir a la música alta en ciertos modelos de análisis.
Además, es difícil analizar la música, como su estructura puede cambiar durante la presentación y de acuerdo al ejecutante.
Aun cuando mantenemos prácticas éticas, no hay una constante en el proceso que sea justa para cada miembro del equipo involucrado.
[43] Algunos etnomusicólogos, como David P. McAllester, argumentan que no existen universales absolutos en la música debido a la variabilidad humana y la complejidad, pero cree que hay casi universales, particularmente la habilidad de la música de girar en torno a un centro tonal y elevar la experiencia humana.
[49] Mientras que la idea de semiótica musical era común en los años 70, nunca adquirió gran popularidad, solo pocos etnomusicólogos modernos emplearon los métodos lingüísticos, con los críticos clamando que la música solo tenía una significante similitud al lenguaje en un número limitado de culturas.
Debido a la naturaleza del trabajo de campo en la etnomusicología, la cual requiere que los investigadores desarrollen relaciones personales con los informantes, los investigadores deben ser conscientes de sus propias responsabilidades éticas hacia el informante y hacia ellos mismos.
Feld destaca que las dinámicas no balanceadas de poder en conjunto con la colaboración musical pueden contribuir a una explotación cultural.
Si un ingeniero construye una organización social puede esperarse que la música también contenga dinámicas similares en relación con los miembros.
Él recalca que cualquier perspectiva teórica moderna desde la cual se vea a la música debe tomar en cuenta los avances de la tecnología.
Anthony Seeger explica que "no todos los derechos y obligaciones (relacionados con la música) son leyes.
El cosmopolitanismo, en cambio, se enfoca en la culminación de múltiples sitios y sus contribuciones a la enorme música popular.
El cosmopolitanismo reitera como los estilos musicales no tienen orígenes específicos sin embargo toman aspectos de diferentes culturas.
Por ejemplo, Thomas Torino se enfocó en las funciones de la identidad general para alcanzar metas individuales.
[77] Para Martin Stokes, la identidad colectiva representa un ejercicio del poder, donde la función de la música es crear barreras entre los grupos.
Se hace conciencia acerca de la identidad propia en la interacción con otros que debe ser parte integral del producto final.
Frith describe a la música como la habilidad de manipular sentimientos y organizar la vida diaria.
[84][85] El debate ocurre cuando los acordes occidentales son naturalmente consonantes o disonantes, sin importar la adscripción aprendida.