En 1835, se unió a La Revolución de las Reformas, junto con Santiago Mariño, Diego Ibarra, Luis Perú de Lacroix, Pedro Briceño Méndez, José Tadeo Monagas, Andrés Level de Goda y Pedro Carujo, motivo por el cual tuvo que abandonar el país una vez sofocado el movimiento, saliendo al exilio por primera vez.
Regresó en 1840 y se radicó nuevamente en Cumaná dedicado a su profesión de abogado.
En esa ciudad, en 1844, fundó y redactó un periódico de nombre El Torrente, en el cual propagó la doctrina liberal.
En 1850, fue candidato a la presidencia compitiendo con José Gregorio Monagas y Antonio Leocadio Guzmán, todos liberales, perdiendo fuerza y abriendo el camino para que José Tadeo Monagas hiciera elegir a su hermano como presidente.
En 1864, quedó ciego y sordo, por lo cual el gobierno nacional le acordó una pensión vitalicia.
En su boca se pone la frase: "La Federación es santa, celestial, divina..." Recientemente se le ha atribuido a Estanislao Rendón, la autoría de la frase "Dios y Federación", la cual es considerada como lema de Estado.
Por eso un presidente en una república central es un rey hecho y derecho; solo en el nombre consiste la diferencia; pero las cosas son iguales.