La escepticemia o escepticismo médico es un neologismo que proviene de la contracción de los términos escepticismo y septicemia, acuñado en 1989 por Pert Skrabanek y James McCormick;[1][2] y que denota una corriente a favor de la aplicación en la sanidad del escepticismo científico, siendo especialmente riguroso ya que las decisiones en Medicina afectan directamente a la salud de la población y a la integridad de las personas.
La escepticemia propone que la Medicina y los médicos se sustenten en dos pilares fundamentales: A juicio de los seguidores de esta corriente práctica y pedagógica, la manipulación de la información científica, voluntaria o involuntariamente, crea falsas enfermedades o esperanzas terapéuticas en productos milagro.
[10][11] Es indispensable inculcar a los profesionales de la salud el valor del escepticismo, para evitar el adoctrinamiento interesado y las creencias sin fundamento.
Y durante el ejercicio profesional se siga el método científico sistemáticamente en la adquisición de conocimientos médicos.
[13] Para poner en práctica esta metodología, el médico interesado debe prestar atención a un gran número de técnicas y habilidades profesionales, con las que ejercer su práctica asistencial con escepticismo: