Ermita de Nuestra Señora de la Soledad (Soria)

Accediendo al parque, por su entrada principal desde la plaza de Mariano Granados, por cualquiera de sus dos puertas gemelas, la ermita de la Soledad se abre a su propio paseo entre árboles centenarios y el manto verde que cubre la mayor parte del recinto.

En el siglo XVI, superado ya el Medioevo, la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Soria se hallaba dividida en varios estamentos.

Existía en la ciudad una cofradía penitencial, bajo la advocación de la Vera Cruz, cuya encomienda más reseñable era su obligación de dar cristiana sepultura a los reos ajusticiados en la ciudad; así como la organización de procesiones penitenciales en la Semana Santa de Soria en las que los fieles se disciplinaban públicamente.

Para ello se ideó un proyecto de grandes dimensiones que no se llevó a efecto, quedando constancia palpable de ello en el majestoso pórtico de tres arcos que abre paso a la ermita.

Después de su construcción, la ermita fue donada por los condes de Gómara a Nuestra Señora del Espino; iglesia parroquial a la que pertenece en la actualidad.

Al primitivo Humilladero se le antepuso una nave de bóveda ojival para cuyo testero trajeron los Ríos el Santo Sepulcro y la Virgen de las Angustias.

En el interior se encuentran dos grandes escudos también en piedra de la noble familia promotora del templo.

En la capilla mayor -o de la Virgen-, en el suelo, pueden contemplarse losas funerarias con inscripciones sepulcrales.

El Cristo del Humilladero queda en un pequeño retablo en una capilla traslateral, en cuyo fondo se puede observar una pintura del pueblo soriano de Calatañazor con sus murallas y el Campo de la Sangre, en el que tuvo lugar la derrota del moro Almanzor.

Las losas del atrio de la ermita hacen de fosa común a los reos ajusticiados en la ciudad desde el siglo XVI.

En realidad su representación corresponde a la Virgen de las Angustias o de la Piedad, que en el siglo XIV y siguientes, hasta el XVI, tenía especial veneración en España.

Ese gesto terriblemente doloroso no se advierte en muchas imágenes, sobre todo en las posteriores al siglo XVI, que eran más blandas y humanizadas.

Se llama así al Santo Cristo de la Soledad, porque humilladero es un lugar devoto que hay a la entrada de los pueblos con alguna cruz o imagen.

Son los llamados lugares sagrados suburbanos –aedicula sacra sub urbana- para dar gracias a Dios al término de los viajes o pedir la protección divina al iniciarlos.

Ambas imágenes, el Cristo y la Virgen, cuentan con una gran devoción entre los vecinos de Soria; y gran cantidad de estos los acompañan durante todo el recorrido de la procesión por la tradicional y soriana calle El Collado, la Plaza Mayor o la calle Real para terminar con el rezo de un Solemne Viacrucis en la Concatedral de San Pedro.

Portada de la ermita
Virgen de la Soledad en su camarín
Santo Cristo del Humilladero (Soria). Cartel de la Semana Santa del 2008
Cristo yacente