Enrique Palacios (militar)

Poco después pasó a bordo de la fragata Apurímac, en pleno conflicto con España.

Se dedicó al comercio, y pronto logró una posición holgada.

Enrique Palacios, que ocupaba el puesto de oficial telemetrista, sentado sobre la torre de combate, resulta con la mandíbula inferior severamente dañada, y es trasladado al entrepuente con otros heridos.

Pese al intenso dolor y a la hemorragia que sufre, Palacios se sujeta la mandíbula con un pañuelo y continúa peleando con serenidad y valor, asumiendo el mando de la nave; Un historiador chileno sostuvo que “a bordo del Cochrane se escuchó la voz del Teniente Palacios gritando 'en este buque nadie se rinde'; fue aquel que 'recogió la bandera peruana caída en medio del combate y la restableció en el tope del palo mayor del Huáscar'...https://books.google.com.pe/books?id=xJLFDwAAQBAJ&pg=PT281&lpg=PT281&dq=en+esta+nave+nadie+se+rinde+palacios&source=bl&ots=XDFQcKUSwW&sig=ACfU3U0T97KZEUhZocsI2k_Qyt2ejb-eBA&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjSzbm-yqCGAxX4LLkGHffQCfk4ChDoAXoECAQQAw#v=onepage&q=en%20esta%20nave%20nadie%20se%20rinde%20palacios&f=false Luego sufre otras heridas producidas por las esquirlas de una bomba que explota en la proa.

No quedaban sino los tripulantes armados de rifles, que respondían al fuego enemigo.

Con trece heridas en el cuerpo, Enrique Palacios fue capturado casi moribundo y llevado a bordo del blindado chileno Cochrane.

El montepío fue cobrado por su madre y una hija natural, llamada María Rosa.

Asimismo, una calle del distrito limeño de Miraflores también lleva su nombre.

El busto de Enrique Palacios se encuentra en el Paseo de los Héroes Navales en la Avenida Paseo de la República.