Enrique González Rojo

[6]​ A partir de entonces los jóvenes comienzan a publicar trabajos en revistas como Pegaso y San-Ev-Ank,[4]​ González Rojo y Gorostiza fueron también directores de la Revista Nueva, que publicó dos números en 1919.[2]​[5]​[9]​[10]​ También colaboró con otros medios impresos como Antena, La Falange, México Moderno y Ulises.[10]​ Aunque es el autor menos leído y menos conocido del grupo,[11]​ de su producción literaria, aunque escasa, se considera especialmente valiosa la obra poética que creó en sus últimos años, que es poco conocida y se publicó de forma póstuma.[12]​ El crítico literario Salvador Elizondo, que lo considera parte del «ala intelectualista» del grupo, dice en la introducción a la antología Museo Poético (1974) que González Rojo «manejó con maestría todas las grandes innovaciones [...] sin perder ninguna habilidad para emplear las formas tradicionales».[9]​[11]​ Entre sus obras se encuentran:[1]​[10]​ Su padre, Enrique González Martínez, fue diplomático, médico y poeta.
González Rojo entró de lleno en actividades literarias mientras estudiaba en la Escuela Nacional de Jurisprudencia