Carlos Pellicer Cámara

Su infancia transcurrió en un entorno marcado por la modernidad y los cambios políticos del siglo XX.

En 1909, tras la incorporación de su padre al ejército constitucionalista, Carlos y su madre se trasladaron a Campeche.

Más adelante, su talento lo llevó a cursar estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, donde entabló relaciones con destacados intelectuales de su tiempo.

[3]​ Pellicer también fue secretario privado de José Vasconcelos, con quien colaboró en proyectos educativos y artísticos.

Meses después, cuando el rector es nombrado secretario de Educación Pública, ocupa un puesto en esta institución.

En agosto de 1921, junto con Vicente Lombardo Toledano, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Xavier Guerrero entre otros, fundó el Grupo Solidario del Movimiento Obrero.

Una mañana, muy temprano, cuenta Cosío Villegas, que entraron a un patio silencioso y desierto donde parecía no vivir nadie.

Cuando terminaba su explicación acordaban el día y la hora se verían para continuar las clases.

Atrajo mucha gente, que se dividieron en dos grupos uno de los cuales atendía Daniel Cosío.

No fue fácil reiniciar la vida, abandonó la prisión para sumirse en una cárcel de libertad: Así, escribiendo versos, comenzaba su exilio en su propia patria, pero no era la única puerta que rondaba en sus soledades, todas las entradas estaban cerradas.

La pobreza lo había seguido toda la vida, pero hasta ese momento no le había hecho un poema a la miseria, lamentaba que sus padres tuvieran que sufragare dinero para el tranvía.

Caminaba junto a sus alumnos por las calles de la ciudad, llevando traje y corbata.

Ahora eran los jóvenes quienes podían decir que eran alumnos de Carlos Pellicer.

En 1932, durante el primer ciclo, de la primera temporada del Teatro Orientación Pellicer prueba suerte en las tablas y debuta como actor dramático.

Causó una profunda huella en su alumno Pedro Ramírez Vázquez quien se mostró muy interesado en el tema.

Visitaban Tenayuca, en Santa Cecilia Acatitlán, para observar los restos de una pirámide y el templo católico adyacente.

Sus pláticas frecuentemente versaban sobre el vasconcelismo y la huella que había dejado en la cultura mexicana.

Para poder realizar este proyecto tuvo que viajar constantemente a Villahermosa.

Ese mismo año el Dr. Manuel Fierro coordina el Congreso Mundial de Cardiología e invita a su antiguo profesor de historia a escribir unas líneas acerca del significado del corazón en la cosmovisión prehispánica.

Pellicer aprovechó para hacer los apuntes que luego se convertirían en su poema Dulce canto del desierto.

Corresponde a éstos haber aportado, desde Latinoamérica, un estilo literario de vanguardia.

Este hecho adquiere mayor importancia si se tiene en cuenta que México ha adoptado con facilidad influencias extranjeras.

Carlos Pellicer es el primer poeta realmente moderno que se da en México.

Pellicer ve el mundo con otros ojos y al hacerlo modifica la poesía mexicana.

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