Su trabajo artístico se divide básicamente en dos tipos: el primero trata sobre los temas sociales y el segundo es más conceptual y ecléctico, utilizando objetos comunes de otras disciplinas creativas para crear imágenes fotográficas.
A pesar de que no ganó ningún premio importante por su trabajo, fue seleccionado como juez para diversos concursos y fue incluido como miembro del Salón de la Plástica Mexicana.
En 1957 recibió una beca para estudiar fotografía durante tres años en la Photographie Piel Bayerische Staatslehranstalt en Múnich, y posteriormente comenzó su carrera como artista.
Sus exhibiciones individuales fueron presentadas en diferentes partes de México, así como en Norte América, Europa y Sudamérica.
[3] El hecho de que no recibiera premios importantes por su trabajo como artista se debe principalmente a que durante su vida, este tipo de premios no existían en México.
Junto con Manuel Álvarez Bravo y Graciela Iturbide, fue aceptado como miembro del Salón de la Plástica Mexicana.
Todo el dinero recaudado de las fotografías es usado en materiales y equipo para preservar la colección.
[5] Junto con Mariana Yampolsky y Manuel Álvarez Bravo, cuyo trabajo es frecuentemente comparado con el suyo, se hace llamar a sí mismo un "buscador de luz".
Su trabajo más apasionado implicaba estudiar algo en profundidad, generalmente sobre un tema concreto, como una calle, un barrio, un espacio religioso o un centro comercial.
[4][6][8] Su fotografía evitaba trasfondos ideológicos, y su obra realizada en su natal México, era poco sentimental, folklórica o exótica, aun cuando durante los 50 y 60 se dedicó a fotografiar las áreas rurales del país.
[8] Posteriormente, su trabajo social se enfocó en retratar el Muro fronterizo Estados Unidos-México en Tijuana.
[4][6] Para esto, críticos de arte como Raquel Tibol y el Museo de Arte Moderno juzgaron su trabajo como algo que "trascendía" el límite del medio.
[10][12] El despliegue de la imagen reúne materiales industriales y publicidad para crear imágenes.
[5][6] Otras fotografías abarcaban, por ejemplo, una vieja cabaña cayéndose, en las cuales sus ventanas parecían tocarse.