Están causadas por varios patógenos entre los que destacan los parásitos helmintos o los protozoos, pero igualmente los virus y las bacterias.
[2] Estas enfermedades son puestas a menudo en contraste con las tres grandes plagas mundiales, que son la infección por el VIH (sida), la tuberculosis y el paludismo (malaria), las cuales se benefician de numerosos fondos para su investigación y tratamiento.
Sin embargo las enfermedades tropicales desatendidas constituyen las comorbilidades frecuentes de estas tres infecciones.
Por otra parte, el objetivo es eliminar otras 4: el tracoma, la enfermedad del sueño, la lepra y la filariosis linfática de aquí a 2020.
[12] Los tratamientos existentes son poco eficaces, sobre todo debido al desarrollo de resistencias por el parásito, y producen numerosos efectos secundarios indeseables potencialmente graves.
[15] La morbilidad es superior en los pacientes con un sistema inmune debilitado, en los niños y en las personas mayores, pero es muy baja si se trata preventivamente de un modo eficaz.
La leishmaniosis cutánea se da en Afganistán, Argelia, Brasil, Colombia, Irán, Pakistán, Perú, Arabia Saudita y Siria.
Después se transforman en úlceras, que pueden sobreinfectarse (ser invadidas por otro organismo patógeno), provocando deformidades responsables de discapacidades.
Aunque el riesgo de mortalidad sea bajo, las lesiones en los miembros pueden ser incapacitantes y no reversibles tras el tratamiento.
La cisticercosis y, de manera más general, las teniasis, son enfermedades parasitarias causadas por gusanos planos.
A diferencia de la cisticercosis que, en su forma neurológica, puede ser mortal, las teniasis no ponen en riesgo la vida del paciente.
Los síntomas de las teniasis son normalmente bastante difusos: dolores abdominales, náuseas, estreñimiento, diarreas, trastornos del sueño e incluso irritabilidad.
Los medicamentos antihelmínticos como el albendazol o el flubendazol se utilizan habitualmente para tratar estas afecciones.
Estos quistes pueden igualmente producirse en los pulmones, provocando tos, dolor torácico y disnea (falta de aire).
[34] La enfermedad se diagnostica examinando imágenes médicas (rayos X, resonancias, etc.) y análisis de sangre.
La patología no es mortal por sí misma, pero puede ser la causa de una inactividad prolongada debido a las llagas duraderas e incapacitantes que induce.
Otra estrategia consiste en la administración de doxiciclina, antibiótico que mata a la Wolbachia, bacteria simbiótica del parásito.
En otras regiones del mundo, sobre todo en el sudeste Asiático, existen formas clínicas particulares de esquistosomiasis debidas a ciertas especies específicas.
Para tratar a los afectados de esquistosomiasis, se utiliza praziquantel, aunque no evita la reinfección.
La transmisión de estos gusanos parásitos se debe generalmente a la exposición a heces infectadas por vía cutánea o intestinal (peligro fecal), difundidas por prácticas como la defecación al aire libre o el empleo de las heces humanas como abono agrícola.
En las regiones del mundo más afectadas por estos gusanos, la OMS recomienda, sin diagnóstico previo, administrar antihelmínticos (vermifugar) a la población.
La enfermedad está causada por un Rhabdoviridae del género Lyssavirus transmitido por animales infectados a través de heridas o mordeduras.
La rabia furiosa, el tipo más común, causa hiperactividad, hidrofobia y miedo al aire fresco poco antes de que se produzca el fallecimiento por parada cardiorrespiratoria en algunos días.
Un estudio en Uganda halló que las mujeres accedían más fácilmente al tratamiento debido a que lo aceptaban mejor y disponían de más tiempo, pero el desconocimiento de los posibles efectos secundarios del tratamiento en las mujeres encintas limitaba el recurso a curas adaptadas.
No obstante, solo se ha demostrado que las campañas masivas de vermifugación mejoran los pronósticos a largo plazo.
A menudo no se establece el vínculo entre un fallecimiento y una NTD de evolución muy lenta, incluso latente.
Por su parte, Hotez publica un artículo en 2013, en el cual evoca una potencial eliminación o erradicación de la dracunculiasis, la lepra, la filariosis linfática, la oncocercosis, el tracoma, la enfermedad del sueño, la leishmaniosis visceral, y la rabia en los diez años siguientes.
Así, la FDA tiene la posibilidad de otorgar estos bonos a cualquier compañía farmacéutica que obtiene una autorización para poner en el mercado un tratamiento contra alguna enfermedad tropical.
Este programa se aplica a todas las enfermedades tropicales, no solo las NTD, sino también el paludismo y la tuberculosis.
[57] En 2013, el ejecutivo japonés, 5 compañías farmacéuticas japonesas, la Fundación Bill & Melinda Gates y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han establecido una nueva alianza público-privada llamada Fondo de Tecnología Innovadora para la Salud Mundial (Global Health Innovative Technology Fund, GHIT por sus siglas en inglés).