Bioenergía

Hay una ligera tendencia a favor de la bioenergía en Europa, en comparación con los biocarburantes en América del Norte.

Una parte de la energía que llega a la Tierra procedente del Sol es absorbida por las plantas, a través de la fotosíntesis, y convertida en materia orgánica con un mayor contenido energético que las sustancias minerales.

Por ejemplo, en las explotaciones forestales se producen una serie de residuos o subproductos, con un alto poder energético, que no sirven para la fabricación de muebles ni papel, como son las hojas y ramas pequeñas, y que se pueden aprovechar como fuente energética.

Entre este tipo de cultivos tenemos, por ejemplo, árboles como los chopos u otras plantas específicas.

La energía contenida en la biomasa seca es más fácil de aprovechar, mediante procesos termoquímicos como la combustión, la pirólisis o la gasificación.

En la tabla adjunta se indican los productos que se obtienen en este aprovechamiento, entre los que destaca el calor (para calefacciones, calderas, etc), la electricidad obtenida (haciendo pasar vapor a gran presión por una turbina unida a un generador eléctrico), el vapor de agua caliente, o diversos combustibles (metanol, metano).

Tienen más interés ecológico (muchas son sustancias contaminantes) que el propio aprovechamiento energético.

Motores Stirling , capaces de producir electricidad a partir del calor producido en la combustión de la biomasa.
Caldera de combustión de biomasa en una central térmica de 2 MW en Lübeck , Alemania .
Briquetas obtenidas a partir de residuos de madera de haya, preparadas para combustión en calderas y chimeneas.
Autobús que emplea biocarburante obtenido de la soja.
Automóvil de la marca Mercedes, con motor adaptado al consumo de biodiésel.