El uso del término es particularmente adecuado dado que en todos esos casos el país de acogida era mayoritariamente Francia.
Los protestantes franceses o hugonotes, que se vieron obligados a abandonar Francia tras la Revocación del Edicto de Nantes por el rey francés Luis XIV en 1685, por lo cual Francia eliminaba la libertad religiosa en su suelo y prohibía la práctica de toda religión ajena al catolicismo.
Tales hugonotes se asentaron en los países protestantes europeos como Inglaterra, Holanda y en las colonias de estos en Norteamérica.
Karl Marx y Friedrich Engels, establecieron como estrategia para revoluciones futuras en el Manifiesto Comunista la provisión de que las propiedades de los émigrés deberían ser confiscadas y utilizadas para financiar la revolución -una recomendación que siguieron los bolcheviques rusos setenta años después.
Estos émigrés comprendían aristócratas, burgueses, militares, clérigos, comerciantes de todo tipo, académicos, y en general casi cualquier sujeto que mostrase oposición al gobierno soviético.