Por ejemplo, los mencheviques o los social-revolucionarios se oponían a los bolcheviques pero no formaban parte del Movimiento Blanco, adicionalmente otros emigrantes eran apolíticos.Entre los emigrantes blancos había gente de todos los orígenes étnicos y clases sociales, desde cosacos, soldados u oficiales del Ejército Blanco hasta empresarios y latifundistas que habían perdido sus posesiones, intelectuales, escritores (p.e., Iván Bunin, Vladímir Nabókov, Dmitri Merezhkovski), funcionarios del Imperio Ruso, revolucionarios no bolcheviques (Yuli Mártov, Fiódor Dan) y miembros de los diferentes gobiernos antibolcheviques que se habían constituido durante la Guerra Civil Rusa.Al iniciarse la guerra civil española en 1936 que la Cruzada contra el comunismo empezada en España era continuación de la Lucha Blanca y llamó a los rusos blancos a que se enrolaran como voluntarios en el ejército del general golpista Francisco Franco.[1] Tras la caída del fascismo en la Segunda Guerra Mundial, la actividad blanca se concentrará en círculos de exiliados apoyados por EE.Un porcentaje significativo de emigrantes blancos se podrían describir como monárquicos, aunque muchos adoptaron una actitud «no predeterminada» (nepredreshentsy), y defendían que la estructura política de Rusia se tendría que decidir mediante un referéndum popular.