El triunfador fue Luis Herrera Campíns, del partido socialcristiano COPEI, quien sucedió en la presidencia a Carlos Andrés Pérez, de Acción Democrática.
Ya para entonces, el sistema democrático en Venezuela estaba plenamente consolidado, acusando el fuerte bipartidismo que caracterizó a las elecciones presidenciales entre 1973 y 1993.
Socialdemócratas y socialcristianos ocupaban casi totalmente el espectro político venezolano, relegando a las otras agrupaciones políticas a repartirse una cuota electoral que apenas llegó al 10%.
La pugna entre dos bandos internos en Acción Democrática por la designación del candidato presidencial hizo que este partido llegara prácticamente dividido a las elecciones presidenciales, hecho que determinó su derrota electoral.
Ambas características han condicionado fuertemente desde entonces las campañas electorales en Venezuela.