Sobre los problemas iconográficos dijo estar poco preparado para solventarlos y delegó en la autoridad eclesiástica.
[7] A pesar de los problemas, la fama que le proporcionó este cuadro y los de Santo Domingo el Antiguo le llevaron al pintor a establecerse definitivamente en Toledo.
[14] En la parte inferior izquierda de la composición colocó a las tres Marías,contemplando la escena con angustia, y rodeando a Jesús —también por encima de él— representó al grupo que lo escoltaba..
La sublime figura de Jesucristo destaca vigorosamente del resto y parece ajena al violento gentío que lo rodea.
Una figura en la parte trasera con un sombrero rojo apunta acusadoramente a Cristo, mientras otros dos discuten sobre sus vestiduras.
A la derecha de Cristo, se encuentra un soldado romano con armadura anacrónica (—de la época del pintor—.
El rostro melancólico del Salvador queda violentamente yuxtapuesto a las figuras de sus ejecutores, que se amontonan en torno a él, creando una impresión de desorden con sus movimientos, gestos, picas y lanzas.
Además del presente lienzo, Wethey catalogó otros quince cuadros con este tema y otras cuatro copias de medio cuerpo.