El camino (novela)

La naturaleza, la caza, la fauna, temas gratos al autor, son centrales en la obra.

Delibes había pasado muchas temporadas en Molledo, villa natal de sus padres, lo que le permite recrear su entorno con fidelidad.

Las propuestas de Roque el Boñigo siempre son bien acogidas, y ninguno se echa atrás.

Estos 3 amigos tienen aventuras juntos en el pueblo En El camino aparece uno de los personajes satirizados con más frecuencia por Delibes: la beata, encarnada en este caso por la Guindilla mayor (y en menor medida por otros personajes), que representa una vivencia más bien farisaica del cristianismo, reducido a aparentar piedad y decencia.

En Roque el Moñigo, muchacho fuerte y rudo, vemos arraigados algunos prejuicios ancestrales acerca de cómo debe ser el varón: «un hombre», dice, «no debe llorar ni aunque se muera su padre entre horribles dolores».

Daniel se pasa toda la noche recordando las hazañas de su villa, los viejos tiempos con Roque el Moñigo y con Germán el Tiñoso, con una nostalgia incesante durante toda la obra.

Tiene la cabeza llena de calvas; dice su padre que se las pegó un pájaro.

De ahí el mote del Tiñoso, ya que su defecto se asemeja a la tiña, una infección por hongos dermatofitos.

A partir de ese momento su carácter se vuelve agrio y ahorrador.

Irene vuelve al pueblo muy triste y es acogida por su hermana Lola a pesar de no haber seguido sus consejos.

Si no llega a ser por Quino el Manco, Lola habría muerto, porque en pocas semanas los jóvenes se hartaron de ella y la intentaron tirar al río.

Quino se enamora de ella y no para hasta ser correspondido.

Al igual que Elena la Guindilla Mediana, Irene la Guindilla Menor no es tan religiosa como la mayor, y muchas veces no la obedece ni hace caso de sus advertencias.

Pero como una vez la timan por no hacerle caso, decide empezar a seguir sus consejos.

Quino se quedó manco porque su hermano le cortó la mano con un hacha mientras hacían leña.

Otra señora del pueblo, llamada Josefa, está enamorada de él, y no lo deja en paz.

Entonces, Quino se queda solo al cuidado de su hija, a la que llaman la Mariuca-uca por su madre.

Se la describe diciendo que es fea, con la cara llena de pecas y muy poca estatura.

Daniel, que siente un gran amor platónico hacia la Mica, acaba percibiendo como esta es una mujer totalmente inaccesible para él (al ser 10 años menor y teniendo un apuesto novio de la ciudad) por lo que empieza a ver a la Mariuca de otra manera, fijándose en todas sus virtudes y agradeciendo su apoyo incondicional.

Al final de la novela, Daniel se encuentra nostálgico por abandonar la villa y a Mariuca.

Suele participar en los planes de Lola la Guindilla mayor para hacer que el pueblo sea un lugar mejor.