Esta descripción compuesta citaba relatos de estas aves en dos libros anteriores a Linneo.[7] En 1906 Outram Bangs sugirió que como Linneo había copiado íntegramente el texto de Catesby al acuñar C. macroura, este nombre debería aplicarse a la paloma mensajera, como E. macroura.[6] En 1952 Francis Hemming propuso que la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICZN) asegurara el nombre específico macroura para la paloma de luto, y el nombre migratorius para la paloma mensajera, ya que éste era el uso previsto por los autores en cuyo trabajo Linneo había basado su descripción.[5] Esto fue aceptado por la ICZN, que utilizó sus poderes plenarios para designar las especies con los nombres respectivos en 1955.[10] Durante mucho tiempo se pensó que sus parientes vivos más cercanos eran las zenaidas, basándose en razones morfológicas, en particular la paloma de luto físicamente similar (ahora Z. macroura).[11][12] Incluso se llegó a sugerir que la paloma de luto pertenecía al género Ectopistes y algunos autores la catalogaron como E. carolinensis, entre ellos Thomas Mayo Brewer.La paloma mensajera se diferenciaba de las especies del género Zenaida en que era más grande, carecía de raya facial, era sexualmente dimórfica y tenía plumas iridiscentes en el cuello y una nidada más pequeña.Los autores del estudio sugirieron que los antepasados de la paloma mensajera podrían haber colonizado el Nuevo Mundo desde el sudeste asiático volando a través del océano Pacífico, o quizás a través de Beringia en el norte.[19][20] Las palomas migratorias tenían el tamaño y aspecto general comunes entre sus parientes vivos.El azul, muy pálido, solo estaba presente en éstas en la cabeza y parte de las alas, siendo el resto del dorso cobrizo o leonado.El macho desvelaba sus intenciones volando en círculos sobre la hembra y luego intentando frotar su cuello sobre el de ella.Tras esto, la pareja se turnaba para incubar el huevo durante trece días, al cabo de los cuales hacía eclosión, y luego alimentaba a su único polluelo entre quince y diecisiete días más.Con este nutritivo alimento, los polluelos crecían tan rápidamente que a las dos semanas ya les salían plumas y solo unos días después de esto abandonaban el nido y se independizaban.Para comunicarse entre ellas, las palomas migratorias usaban una colección de sonidos roncos similares a un "¡kek!"Los colonos tenían poca simpatía a las palomas viajeras por su elevado número y porque se interesaban cada vez más por las semillas que ellos esparcían sobre las grandes superficies de cultivo, por lo que, finalmente, se organizaron matanzas masivas en las grandes colonias.En 1871 su número se cifraba todavía en ciento treinta y seis millones de individuos.La última paloma migratoria salvaje de la que se tiene noticia fue tiroteada por un niño en Ohio, en 1900.Fue congelada y enviada inmediatamente al Instituto Smithsoniano, donde se sigue exhibiendo hoy en día su cadáver disecado.Sin embargo, el primero fue redescubierto después sobre ejemplares de paloma encinera (Columba fasciata), y el segundo se identificó más tarde como perteneciente a la especie Campanulotes flavus, que infecta a varias palomas más.