Si es que los negacionistas reconocen el sida como una enfermedad real, lo atribuyen a alguna combinación de conducta sexual, drogas recreativas, desnutrición, mala higiene, hemofilia o efectos de los fármacos utilizados para tratar la infección del VIH (antirretrovirales).
Los científicos y los médicos han dado la señal de alarma respecto al costo humano del negacionismo del VIH/sida, el cual desalienta a las personas VIH positivas a utilizar tratamientos de eficacia demostrada.
[16] Algunos investigadores aún sostienen que no hay prueba científica concluyente de la existencia del VIH.
Peter Duesberg afirmó en 1996 que la identificación del virus se había probado, pero con un método distinto.
Basados en una entrevista entre Montagnier y Djamel Tahi en el Instituto Pasteur[19] los miembros del Grupo de Perth han sostenido que el virólogo reconoció no haber aislado el VIH; sin embargo en esa entrevista Montagnier sostuvo que el descubrimiento del VIH, agente etiológico del sida, se realizó sobre la detección de la transcriptasa inversa y la realización de cultivos in vitro sobre muestras obtenidas de un portador.
[21] Papadopulos sostiene que la existencia del virus VIH sigue sin estar demostrada, basándose en que las partículas de las fotos no están aisladas-purificadas, ni tienen todas las características morfológicas de los retrovirus.
Eleni Papadopulos afirma que en ningún momento en la investigación VIH-sida se han seguido la reglas necesarias y suficientes para demostrar la existencia de un nuevo retrovirus, acordadas por el Instituto Pasteur en 1973.
[22] Stefan Lanka va más allá en la afirmación de que no está demostrada la existencia del VIH.
Este principio es el mismo en las pruebas ELISA de cualquier generación, incluidos los más modernos.
En virología, el aislamiento es solo una de las técnicas mediante las cuales se puede determinar una infección viral.
[26] El Grupo de Perth admite que un positivo a los tests del VIH, significa una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades, incluidas las pertenecientes al sida, si no se toman medidas para evitarlo.
[30] El Grupo de Perth argumenta que puesto que no está demostrada la existencia del virus VIH, no debería ser necesario tratar a ningún paciente con antirretrovirales, sino en todo caso con antioxidantes.
[40] Dichos fármacos actuales tienen además el valor añadido de evitar la trasmisión del VIH a otras personas, al lograr reducir los niveles de carga viral hasta niveles no detectables, según ha quedado demostrado mediante los recientes estudios Partner I y Partner II.
Luc Montagnier acepta que la oxidación celular es un factor importante en el desarrollo del VIH.
Consideran además que las hipótesis no cumplen requisitos científicos básicos: no cumplen la estrategia heurística de la navaja de Occam, no aportan evidencia empírica que demuestre anomalías en las teorías consolidadas, eligen la evidencia de forma selectiva para validar las hipótesis, y se basan en conocimientos sesgados sobre virología.
[cita requerida] En 1987, Peter Duesberg publicó su primer artículo sobre el sida, haciendo visibles las afirmaciones negacionistas.
[86] Sin embargo, el apoyo de la comunidad gay a Duesberg desapareció tras realizar varias declaraciones que fueron consideradas homofóbicas.
Estos artículos resaltaban las afirmaciones de Duesberg y afirmaban que la terapia antiviral era ineficaz, los tests del HIV poco fiables y que el sida no era una amenaza para los heterosexuales.
Esta serie de artículos fue fuertemente criticada por sesgados, engañosos y potencialmente peligrosos.
La declaración tuvo como objetivo difundir en lenguaje comprensible la información mejor contrastada sobre el asunto.
Para una mayor transparencia, se requirió que no firmaran científicos vinculados a la industria farmacológica.