Diclofenaco
El diclofenaco posee una preferencia baja a moderada (aproximadamente unas diez veces) a bloquear el isoenzima COX2, y se cree que por eso posee una baja incidencia de efectos negativos gastrointestinales, en comparación con los mostrados por la indometacina y el ácido acetilsalicílico.[6] En padecimientos musculoesqueléticos, en especial artritis (artritis reumatoide, osteoartritis, espondiloartritis, espondilitis anquilosante), ataques de gota y manejo del dolor causado por cálculos renales y vesiculares.En supositorios rectales, el diclofenaco puede considerarse el medicamento de primera elección para la analgesia preventiva y la náusea posoperatoria.[9] Muchos países venden al público colirios para tratar la inflamación aguda y crónica, no causada por bacterias, en la parte anterior del ojo (por ejemplo, en estados postquirúrgicos), sin embargo no existen evidencias concluyentes de que en verdad funcione.[13] Se ha visto que el diclofenaco eleva la presión sanguínea en pacientes con el síndrome Shy-Drager (hipotensión autónoma) que a veces se presenta en pacientes con diabetes.Actualmente, esto está en investigación, por lo que no se recomienda como tratamiento de rutina.[14] El diclofenaco tiene la capacidad de tratar los síntomas relacionados con las ITU (infecciones del tracto urinario) no complicadas causadas por la E. coli, ya que puede aliviar el dolor y la inflamación.[24][19][25] El mecanismo de la muerte fue probablemente la insuficiencia renal, un conocido efecto secundario del diclofenaco.