[1] Afecta principalmente a la columna vertebral, a los ligamentos, inflamación denominada entesitis de la musculatura esquelética, en especial en la zonas cervical, lumbar, y la articulación sacroilíaca, pero puede afectar también otras articulaciones del cuerpo como la cadera, rodillas, hombros y el talón de Aquiles.
Durante el desarrollo de la enfermedad pueden aparecer también inflamaciones oculares en el iris (iritis) y en la úvea (uveítis) anterior.
Las personas con espondiloartritis suelen tener inflamación intestinal crónica, que normalmente no produce síntomas digestivos.
[3] No es sabido si esta cifra puede proyectarse al resto de la población mundial, pero la probabilidad es bastante elevada.
La aparición de la enfermedad está estrechamente relacionada con el HLA-B27, un antígeno que parece desempeñar un papel muy importante en la función del sistema inmunitario.
Desde la aparición de los primeros síntomas hasta el diagnóstico definitivo suelen transcurrir, según la asociación alemana de Morbus Bechterew, entre 5 y 7 años, y en algunos casos aislados hasta 15 años, lo que puede evitarse con estudios sistemáticos.
Como este gen aparece en casi el 9 % de la población mundial, no alcanza con su detección para establecer un diagnóstico seguro.
El tratamiento de base es la sulfasalazina o sulfapiridina, medicamento inmunomodulador que reduce la inflamación en las articulaciones.
Con estos medicamentos, por ahora muy costosos, se han obtenido muy buenos resultados, aunque todavía no existen estudios a largo plazo que garanticen su utilización segura.
Todos ellos experimentaron un empeoramiento al someterse a una prueba de provocación (reintroducción del gluten).