Por otro lado, los alemanes utilizaron los pasajes más bélicos de la composición para estimular el fervor patriótico durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras haber sido expulsada del paraíso, para poder ser readmitida necesita traer el regalo más querido para el cielo.
También se interpretó en este sentido en una versión revisada por Max Gebhard en respuesta a un llamamiento de la Reichsmusikkammer, que trasladó el tema del arrepentimiento al principio y el de la muerte sacrificial al final para conseguir un efecto heroico.
Con motivo de la octava edición del Festival Robert Schumann en 2004, el bailarín y coreógrafo Gregor Seyffert junto con el artista Gottfried Helnwein y el coreógrafo español Goyo Montero realizaron una interpretación multimedia del oratorio.
La performance coreográfica se movía entre la "tierra" y el "cielo", simbolizado por un anillo luminoso instalado en la cúpula de la sala.