Para 1983, Perú acumulaba $ 13.5 mil millones (77.8% del PIB) en deuda externa y su producto interno bruto se había derrumbado en un 20%.
Enfrentando una presión creciente, Belaúnde visitó Washington D. C. en 1984 en un último esfuerzo por pedirle ayuda al presidente Ronald Reagan en su gobierno en bancarrota.
Un asistente de la Casa Blanca comentó que 'el presidente Reagan solo le dio media hora' 'y sugirió que Belaúnde siga los programas de austeridad delineados por los bancos y el FMI.
A pesar de los intentos del presidente Alan García para controlar la crisis económica tuvo que abandonar su posición populista aplicando minidevaluaciones y alentar a la ciudadanía a confiar en el inti peruano; el público se volvió hacia el cambio y la dependencia de dólares estadounidenses, lo que llevó en abril de 1987 a controles de cambio y al uso del dólar MUC, una moneda separada instituida por el gobierno peruano con un valor idéntico al dólar estadounidense, hasta que mantenerse al día con la inflación la venta de divisas al sector comercial llevó a la bancarrota al Banco Central del Perú.
La inflación continuó cayendo con los nuevos ajustes económicos dados en agosto de 1990, denominado Fujishock, lo que contribuyó favorablemente a la circulación y confiabilidad de la nueva moneda entre el público en general.
En 1988, el gobierno peruano informó que los precios al consumidor aumentaron un 1,722%, o en promedio un 143,5% por mes.
Los productos farmacéuticos aumentaron casi un 600% y el precio del petróleo se cuadruplicó.
Para 1990, el producto interno bruto de Perú se había devaluado a $ 58.5 mil millones.
Varios grupos subversivos, en particular Sendero Luminoso, utilizaron la crisis económica como una oportunidad para abogar por la revolución.
[17] Se calculó que Sendero Luminoso contaba con unos 5.000 combatientes a tiempo completo y casi 50.000 simpatizantes en 1989.
A pesar de ello, dichos grupos carecieron del apoyo popular, sobre todo en las zonas rurales, siendo los pobladores rurales que se enfrentaron a Sendero Luminoso organizados en las denominadas "Rondas campesinas".
Esto ocasionó que los miembros de Sendero Luminoso empezaran a cometer ataques contra la población rural indefensa y contra aquellos que se oponían a sus acciones, los cuales terminaron cometiendo matanzas a la población como la que aconteció en Lucanamarca en 1983 o la Masacre de Soras en la provincia de Sucre en 1984.
Esto dio comienzo a una organización neoliberal del Estado en los siguientes años con enfoque en las microempresas.